LA FAMILIA ANTE TODO.

LA FAMILIA ANTE TODO

En nuestra cultura solemos adjudicar a la palabra FAMILIA muchos significados. Comúnmente, se entiende por familia el grupo que comparte lazos de parentesco, y que este simple hecho automáticamente genera una serie de compromisos y valores de unos para con los otros que, en algunos casos, ni siquiera se vale poner en duda. Para muestra hay dichos clásicos que seguro has escuchado:

  • Nadie te amará como tu madre.
  • Nadie estará ahí cuando más lo necesites como tu familia.

Algunas son simples frases que significan algo mucho más allá de lo que se pronuncia. Se dice, por ejemplo:

  • “Debes respetar a tus padres”; y en algunas relaciones eso significa no expresar diferencias, obedecer, callar, o decir sí a toda clase de solicitudes de parte de estos, incluso sin cuestionar el rol que esos padres tuvieron en la propia vida.
  • “La familia debe ayudarse; y en algunos familias eso significa decir sí a toda solicitud de apoyo, o dejar de hacer cosas por uno mismo cobijado en el apoyo seguro de la familia, o por ir al rescate constate de algún miembro, generando situaciones de dependencia y abuso, o cómo mínimo, dinámicas poco sanas para todos.
  • “Los padres siempre serán padres”; y eso significa incluso “el deber ineludible” de esos padres de sostener en alguna forma a sus hijos adultos, o de que los hijos, aún adultos deben escuchar y obedecer intromisiones constantes de sus padres en la propia vida.

   Entonces:

  • ¿Qué pasa cuando la familia falla en su misión de colaborar en el crecimiento de sus miembros?
  • ¿Qué pasa cuando una madre “no ama” a sus hijos?
  • ¿Qué pasa cuando los parientes no “tienen amor” para nosotros?
  • ¿Qué pasa si la familia sanguínea está organizada para enfermar y para no permitir el desarrollo ni la felicidad de sus miembros?
  • ¿Será la familia “LA UNICA” fuente de amor y apoyo MUTUO?
  • ¿Será el parentesco lo único que define a alguien como NUESTRA FAMILIA?

Repetir esos dichos (y muchos otros) dando por realidad esos valores, sin pensarlos, sin preguntarnos si ocurren en nuestra experiencia, o su utilidad, es el inicio de muchas dificultades que pueden volverse eternas, incluso pueden generarnos enfermedades como la ansiedad, la depresión, la dependencia; incluso enfermedades físicas causadas por agotamiento, estrés y la frustración crónica que deja la confusión entre esos “valores” y la realidad.

    Vienen LAS FIESTAS NAVIDEÑAS, en las cuales los preceptos familiares y las preguntas internas empiezan a sonar todavía más que el resto del año, generando dolor o confusión, cuando no hemos reflexionado sobre la utilidad, veracidad, y posibilidad de muchos preceptos familiares ahí, en lo particular de nuestras propias vidas.

Si algo de este artículo “te checa”. Hay opciones: integrarse a nuevos grupos y establecer relaciones donde el respeto y la mutualidad, sean clave, puede darnos nuevas experiencias de familia. Extender tus redes de apoyo, participar en otras redes con dinámicas más saludables a las que tú mismo te comprometas, puede abrirte mejores horizontes de vida.

    Si consideras el apoyo profesional, la Psicoterapia Familiar Sistémica, es esa opción de la psicología, donde la sana convivencia o el establecimiento de mejores relaciones, es un objetivo clave, donde sabemos que entre humanos el respeto, la solidaridad y el amor son actos importantes de salud y desarrollo, y que, para lograrlos hay que trabajar y educarnos constantemente.

      Alguien bien preparado en Psicoterapia Familiar Sistémica, puede acompañarte para encontrar tu lugar de pertenencia.

SI QUIERES GENERAR MEJORES CONEXIONES, CONTÁCTANOS.

HISTORIAS DE PAZ EN TIEMPOS VIOLENTOS

Esta sección tiene la intención de recoger esas historias de paz, donde las personas tejen con dificultad movimientos pequeños o grandes que salvan de la violencia, sea en los espacios individuales, terapéuticos, vecinales, empresariales, u otros, recordando que la violencia no sólo es verbal, física, económica, ni de un sujeto A, a un sujeto B, sino que implica estructuras de violencia de las que somos parte. A veces parece una lucha de David contra Goliat, pero es probable que ya la estamos dando. El principal propósito es dar luz a esos eventos, ser conscientes de la fuerza de pacificación que hay en nuestra sociedad, mirar dónde está la esperanza, con un poco más de ambición: un esfuerzo por articular procesos de paz.

 

 

Si usted quiere colaborar a esta sección contándonos alguna historia donde usted haya superado alguna situación de violencia o colaborado para reducirla, puede contactarse con nosotros, incluso puede hacerlo de manera anónima. En este primer episodio, el autor da un marco de referencia sobre la violencia desde el cual podemos ir pintando nuestras HISTORIAS DE PAZ.

 

¿Por qué me tomo tiempo para hablar de esto en una revista de psicología?

Porque como país tenemos un problema serio, y los profesionales y científicos no estamos exentos de esa realidad ni su responsabilidad. Todos los días hay alguien desaparecido, encontramos los restos de otra persona, los niños no pueden salir a la calle, y las jóvenes que están llevando la batalla por calles donde puedan transitar sin peligro, igual deben recluirse, por miedo a ser levantadas, sea para tráfico de blancas, órganos u otra cosa igual de terrible.

 

Hay muchas trincheras desde las cuales trabajar, y desde las que ya algunos trabajan, hay muchos hilos por donde iniciar procesos de paz, pero si no conocemos de cara qué es este animal que hemos dejado crecer, nos es más difícil identificar cuán organizados y unidos debemos estar, arriba, abajo, donde estemos, es posible que pensar en el asunto nos deje más claro nuestro papel.

 

Una empresa con compromiso social, por ejemplo, no es sólo la que hace caridad en un orfanato, aunque ayuda bastante. Es también una que intenta conocer el contexto y se articula al menos para no empeorar las circunstancias de su entorno. Esto para decir que todos jugamos en mayor o menor medida un papel en el problema y en la solución.

 

 

Episodio 1. Geografía social y dinámica de la violencia: empezar desde abajo.

A veces uno puede decir: “yo vine de abajo” porque mi padre me dio un pequeño capital con el que inicié una empresa “con mi propio esfuerzo”; porque tengo una plaza de gobierno que alguien me ayudó a conseguir, pero “yo hice mi esfuerzo” en hacer un largo trámite y ahora “hago realmente el trabajo”; o porque mis padres me dieron una educación que he aprovechado y puesto “mi esfuerzo para convertir en un trabajo digno”; o porque mis padres se esforzaron en darme una educación pública con la que he “salido adelante”.

 

Creo que es el concepto que muchos tenemos de “empezar de abajo”, que, con cierto esfuerzo, a veces muy duro, uno logra ser una persona honrada y trabajadora que aporta a la sociedad, lo que tiene mucho mérito y más en estos tiempos. Pero si vamos a la periferia de las ciudades, o a pueblos rurales donde no hay ni escuelas, vemos que la gente empieza de “más abajo”, donde migrar, por ejemplo, suele ser la “oportunidad”. Y ahí no hemos terminado.

 

Si seguimos mirando, no tan lejos, a una avenida donde un niño de cinco años hace malabares para conseguir dos pesos, si echamos un ojo a las colonias donde el único chance de comer es vender cristal, donde hay niños y adolescentes creciendo en calles llenas de violencia, donde el robo es “salir adelante”, que crecen en familias que los insultan, golpean, violentan o venden sexualmente, o mínimamente ignoran y dejan a la educación de la calle, que no logran crecer íntegramente cuando ya reciben un mundo de problemáticas, tantas que “sobrevivir es mucha ambición”. Y si buscamos culpables de estas condiciones, resulta que los mismos padres que los trajeron al mundo (los primeros responsabilizados), a veces están perdidos en alguna adicción y crecieron de la misma manera.

 

Creo que ahora estamos todavía más abajo, donde las oportunidades llueven menos, y ni siquiera “se empieza de ceros”, sino menos ceros, donde se sortean infinidad de obstáculos desde la infancia y la vulnerabilidad, donde la sangre y arrebatar o ser desposeídos es la norma. A veces, ante estas realidades, algunos dicen “es cuestión que le echen ganas”. Como si las ganas fueran suficientes para salir de un contexto que desde niño te formó como objeto en manos de algo, te inundó en un mundo hostil y te enseñó en carne propia sus reglas, y que prácticamente te inmoviliza. Salir es casi imposible.

 

¿Dije salir? ¿A dónde? Es fácil también, creer que, porque abajo suenan los golpes, arriba no ocurren. Pero sí se dan, sólo que no se ven a simple vista. Para empezar, esos “de abajo” no crearon ese abajo. Ese abajo se forma principalmente por las condiciones y reglas sociales que todos aceptamos.

 

Yéndonos por un hilo de esta gran madeja, imagínese usted un empresario que paga $6000 pesos al mes a un trabajador que, con suerte, deja ocho horas de trabajo, más dos a cuatro de transporte diario. Esto es, $200 pesos al día para una familia de mínimo cuatro personas, por lo que debe pagar alimentos, servicios médicos, vestido, renta, transporte, útiles escolares. SI quieren comer, forzosamente debe salir otro miembro de la familia a trabajar, así que padre y madre terminan trabajando (si el hombre con permiso de abandonar sigue presente con los hijos que procreó). Generalmente es imposible poder pagar una guardería, menos de calidad. Si no tienen familiares, dejan a sus hijos creciendo solos, educados por la calle o por aparatos electrónicos. Luego se critica a esos padres por no prestarles atención, por no ir a reuniones escolares, cuando los trabajos no otorgan regularmente permisos para asuntos escolares. ¿Qué sucederá con esos niños? Es probable que la calle y la naturaleza los eduque, el narcotráfico puede reclutarlos, o mínimo ofrecerles entrar en el inframundo de la adicción. Y todo esto ocurre más de lo que quisiéramos.

 

Muchas empresas pasan penurias para pagar un salario digno a sus trabajadores, y salario digno, según los derechos humanos, es: Recibir UN SUELDO QUE ALCANCE PARA SATISFACER LAS NECESIDADES BÁSICAS, tales como TECHO, ALIMENTO, VESTIDO Y SALUD DE FAMILIA. Como decía, no es fácil para toda empresa pagar un sueldo que cumpla estos requisitos de dignidad mínima, aquí se evidencia que ni aun siendo empresario se es siquiera “clase media”, tampoco se está muy arriba, sigue siendo abajo. Pero desgraciadamente grandes corporativos sí pueden pagar con mano ancha estos salarios dignos, pero prefieren escatimar en ellos para generar más ganancia personal. Una que a veces ni en cien vidas agotarían.

 

A un sistema organizado para empobrecer y vulnerar incluso al más trabajador de esta manera beneficiando a un tercero no vulnerable, se le llama VIOLENCIA ESTRUCTURAL. Y no es cosa de fórmulas económicas, capitalismo o no capitalismo, es sólo uno de los hilos de violencia de sistema que vivimos en este tiempo y país, es probable que cada organización humana tenga los propios, así como inteligencia para contrarrestarlos. Y todo esto puesto sobre la mesa, no tiene intención de culpabilizar, más bien de ser conscientes de que si bien es cierto que hay violencia física, verbal, económica, psicológica, infantil, de género, racial, etc. también estamos ubicados dentro de una estructura de violencia mayor de la que ahora todos somos parte, que la violencia es una bola explosiva que siempre se dinamita con los más vulnerables. Ser conscientes es el inicio, porque si todos somos parte del problema, todos podemos ser parte de la solución.

 

 

Historias de paz en tiempos violentos: “Cambios modestos, grandes revoluciones. Terapia familiar crítica”.

He iniciado esta modesta sección, por creer que es importante ser conscientes de los pequeños y grandes esfuerzos que se hacen cotidianamente desde los espacios más humildes, por generar un mundo más pacífico. Desde la madre que, viviendo pobreza o violencia, hace un enorme esfuerzo que le lleva la vida, pero es capaz de mejorar la realidad de sus hijos, hasta las organizaciones vecinales que intentan espacios seguros, o los movimientos de pacificación en países en guerra, son parte de la resistencia a la violencia. La parte de esta historia que a veces se mira menos.

 

La psicoterapia en particular, acusada a veces de apaciguar al redil, es en cierta forma un espacio de transformación social, donde pequeños cambios generan realidades nuevas. El psicólogo que estudia y reconoce la sociedad en la que vive, sabe también articular la transformación individual hacia horizontes sociales más amplios, orienta a la persona para reconocer su geografía social, pero escombrar para encontrar las posibilidades de reconvertir esos discursos violentos que inmovilizan desde la infancia, e impactan en su ahora, que se observe sujeto parte de sí mismo y un todo, con posibilidades de elección y libertad, aun cuando el mundo parece apretado.

 

Para ampliar más esta idea, a mis colegas y lectores abiertos al conocimiento, les recomiendo el libro “Cambios modestos grandes revoluciones. Terapia familiar Crítica” de Raúl Medina Centeno, editorial Red Américas”.

 

Agradezco su atención y le invito a confiarnos sus historias.

Espera nuestros artículos.

Psic. Ant. Adriana Morfín.

DIVORCIARSE SIN LASTIMAR A LOS NIÑOS

EL PROBLEMA NO ES TANTO EL DIVORCIO COMO LA GUERRA   

El divorcio es difícil para los niños e inevitablemente va a doler, pero es algo superable. Cuando los padres se divorcian el niño puede experimentar mucha tristeza e incertidumbre, sentimientos normales por vivir un momento de separación en su familia, y se le puede ayudar a superarlos con relativa facilidad. Pero ser testigo de las guerras sin fin de sus padres sea juntos o separados, rebasa por completo sus herramientas mentales y emocionales, produce altas dosis de dolor, impotencia, angustia, ansiedad y culpa, que perjudican su desarrollo emocional, además de que pueden dejarlo enredado en conflictos que obstaculizan su crecimiento.

Algunas personas son capaces de terminar una relación de forma pacífica. Pero lo más probable es que las parejas conflictivas sigan en guerra aún separadas. Si además tienen hijos en común, es difícil que sus pleitos respeten la integridad del niño. Las parejas más conflictivas suelen usar incluso a los hijos como materia de pleito. Son parejas trenzadas en guerras sin fin, donde el niño utilizado sale perdiendo más que nadie. A veces, en esa guerra, el hijo termina perdiendo a ambos padres.

Si estás dentro o saliendo de una relación conflictiva y te interesa reducir dolores a los niños, te recomendamos lo siguiente:

  • Evita usarlo de teléfono: Mandar que lleve y traiga mensajes sobre asuntos delicados que necesitas informar a tu ex-pareja, es cargar al niño de una tensión constante e innecesaria. Tu hijo es persona, siente, los problemas tienen una carga de estrés y angustia que el niño soporta al pasar tus mensajes. El niño no está preparado para entrar en las complicaciones de la vida de pareja. Si necesitas tratar asuntos delicados, busca un mejor intermediario.

 

  • No te descargues hablándole mal del otro: Ante la frustración y el enojo de la separación, podemos tener el impulso de gritar a los cuatro vientos los errores del otro, incluso recitarlos frente a los hijos. Esto puede calmarte momentáneamente, pero generar heridas emocionales en el niño difíciles de sanar. Tu pareja podrá ser desagradable para ti, incluso podría parecer que es desagradable para el propio niño, pero aún así, es su padre o madre, es probable que lo ame y lo necesite, y por ello le lastimen tus palabras.

 

  • No le preguntes al niños sobre tus decisiones como pareja: Un niño no tiene la capacidad de comprender y menos de saber cómo arreglar una relación de adultos, mucho menos puede cargar con el peso de decidir situaciones tan complicadas. Si necesitas un consejo, elige a un adulto, un amigo, familiar o terapeuta, no tu hijo. La ansiedad que experimentas puede ser fuerte, pero si dejas el peso de las decisiones en tu relación conflictiva sobre tu hijo, su angustia será muchas veces mayor a la que tu experimentas.

 

  • Evita tenerlo en el terreno de la guerra: Puedes estar en una guerra encarnizada, pero aún así, por cariño a tus hijos, puedes escoger el terreno. No permitas que el espacio de tu hijo esté invadido por el conflicto. Guardar sin guerra los espacios donde está el niño,  significa respetar su derecho a crecer en paz.  Recuerda que tus problemas con tu pareja son problemas con tu pareja no de tus hijos.

 

  • Atender SU duelo: Tú te estás separando y una separación duele. Para el niño se está separando su familia, lo más importante, su mundo. Recuerda elegir momentos, cuando tu mismo estés tranquilo, para preguntarle cómo se siente, escucha y consuela lo más que puedas. Lo común es que los niños tengan miedo de que su propia relación con sus padres se rompa, que sientan culpa de haber hecho algo para ocasionar ese rompimiento. Un buen psicólogo puede apoyarte o apoyar a tu hijo en este proceso.

 

  • Atender TU propio duelo:  La separación, por más buena decisión que sea, puede ser dolorosa y confusa, no dudes en acercarte a un terapeuta, o mínimamente rodearte de amigos y familiares que realmente puedan apoyarte en esta situación. Descargar tus propios sentimientos con adultos que puedan escuchar, con los que puedas reflexionar sobre tus decisiones, puede reducir tu angustia y permitirte tranquilidad para atender a tus hijos.

 

  • Salvar los momentos de paz: a pesar de todo y con todo tu esfuerzo, procura momentos en que hagas a un lado tus grandes problemas de pareja para dedicarte únicamente a ser padre o madre. Intenta que el niño tenga momentos de sana convivencia y de juego. Ese sencillo acto puede confortarlo, apaciguar sus miedos y darle certidumbre. Si además eres capaz de respetar y permitir los momentos en que el niño convive en paz con su padre o madre, el trance de la separación se vuelve menos duro.

 

  • Mantén una agenda: Es importante que el niño pueda hablar sobre lo que sucede, y que se le apoye a comprender, eso ayudará a procesar de mejor manera la separación. Pero mientras tanto puede experimentar mucha incertidumbre. Establecer una agenda y seguirla, es una manera sencilla de que el niño tenga la certeza de lo que sigue, al menos en los aspectos más indispensables de la existencia. Trata de respetar los horarios de comida, de tareas sueño, pero sobre todo los momentos que pasará contigo. Esto puede reducir la ansiedad de los cambios.

 

  • La sanación de la separación: en este proceso de separación hay un mensaje que sanará a tu hijo de los dolores del rompimiento, es el mensaje de que cuenta contigo siempre, que pase lo que pase tú estarás para él, que las relaciones de pareja pueden romperse, pero es muy difícil que se rompa el vínculo y el amor que le tienes. Ayúdale a saber que la separación fue cosa de pareja, nada que tuviera que ver con él. Este mensaje no sólo debe decirse con palabras sino con actos, el mismo hecho seguir estos consejos por proteger a tu hijo, es una señal de que tu cariño por tus hijos va más allá de lo que sucede en tu vida de pareja.

 

Finalmente recuerda que la ruptura de una relación que no funciona, generalmente ocasionará dolor, eso no lo podrás evitar, son situaciones de la vida. Pero poner el cariño hacia el niño por encima de la guerra, es una muestra de amor que le ahorrará al niño mucho sufrimiento.

 

Si te interesa el tema sigue nuestros artículos, si necesitas acompañamiento contáctanos.

ESTRATEGIAS PARA FACILITAR LA ESCUELA EN CASA

En esta cuarentena, madres y padres se han visto en la circunstancia de lograr que el niño realice actividades escolares en casa, cosa que no resulta fácil. A continuación, te presentaremos cuatro puntos que te ayudarán a mejorar esa experiencia.  El primero es un aspecto general, el segundo es referente al tiempo, el tercero al lugar y por último a la forma en que, con herramientas pedagógicas básicas, puedes realizar las actividades escolares con menos complicaciones.

 

I. ASPECTO GENERAL: TRABAJANDO EL TERRENO.

Esta es una tarea que sólo puede realizar el adulto y es la más importante porque, de hacerla, lograrás que, en el tercer o quinto año de primaria, tu hijo realice por sí mismo las tareas con poca resistencia y se facilite su aprendizaje. Son cuatro puntos que estarás trabajando en el niño cada que se presente la ocasión y desde su primer día de escuela.

  1. Que el niño pueda comprender PARA QUÉ SIRVE HACER TAREAS Y ACTIVIDADES ESCOLARES. Es tener en mente y concientizar al niño, poco a poco, en los momentos más pertinentes, de que la finalidad de las tares ES EL APRENDIZAJE, es adquirir conocimientos útiles para la vida a los que podrá recurrir para mejorar su existencia, descubrir que los conocimientos escolares son una especie de herencia humana que está recibiendo día a día. En tus propias palabras, cuando se preste la ocasión puedes transmitir y repetirle ese mensaje.

 

  1. FORMACIÓN DE HÁBITOS. La formación del hábito de la tarea inicia desde que va a la escuela, se logra dedicando en casa, todos los días, un momento a realizarla. Si la hora de la tarea tiene un horario fijo es más fácil para el niño seguirlo, si eres constante, cuando menos acuerdes, será el niño quien esté recordando que es momento de tareas. Estamos hablando de generar una disciplina. Recuerda que disciplina significa: el método a seguir para lograr las cosas, incluso los sueños.  Para realizar sus aspiraciones o lograr un objetivo, deberá ser capaz de la disciplina, de generar y mantener algunos hábitos.

 

  1. LA INDEPENDENCIA Y AUTOGESTIÓN. Nos referimos a que el niño logre, en un momento de su vida, realizar sus actividades escolares sin tu ayuda. Obviamente entre más pequeño es, eres más indispensable para que realice sus tareas, pero poco a poco irás reconociendo donde el niño ya no te necesita, cuando puede hacer algo por sí mismo y es el momento de dejarlo hacer solito, reconocerás donde sigue necesitándote y habrá que apoyar, hasta que sea totalmente independiente.

 

  1. TU ESTADO DE ÁNIMO. Esta es la variable más importante, puedes generar un clima de tensión y de ansiedad donde el niño no pueda ni pensar. O generar uno donde el niño perciba tranquilidad para pensar, aplicarse a su tarea y hacer. Así que al sentarte a trabajar con tus hijos sirve mucho que revises cómo estás de ánimo y busques estar en la mejor disposición, listo para ser paciente, para estar tranquilo, para observar y ayudar. Es un niño, está aprendiendo y va a presentar una u otra dificultad, es lo normal, tú debes ser su facilitador, no su obstáculo.

 

II. TIEMPO ¿CUÁNDO ES MEJOR HACER LAS TAREAS?

  1. CUANDO TÚ PUEDAS ESTAR AHÍ. Se complicará si quieres hacer la tarea con el niño al mismo tiempo que haces otras actividades. Tal vez llegue el día en que puedas sólo supervisarlo, pero entre más pequeño sea tu hijo, entre más dificultades de atención tenga, más necesitará de tu concentración y presencia total.
  2. CUANDO SUS NECESIDADES BIOLÓGICAS ESTÉN SATISFECHAS. Si no ha comido, si no le has pedido antes ir al baño, si tiene mucha energía que no ha sacado, será más complicado que se concentre en las tareas. Elige una hora del día en que no tenga hambre, antes de iniciar pídele ir al baño y si lo ves con mucha energía o en general es un niño con mucha energía, pídele antes correr, o préstate a que entre objetivos de tarea vaya a darle dos vueltas al patio y regresar, puede ser como un juego, pero recordándole que la regla es regresar y hacer lo que sigue con dedicación.
  3. RESPETA LOS TIEMPOS DE LA ESCUELA, en la medida de lo posible, trata de que, si el niño iba en la mañana a la escuela, realice sus actividades en la mañana, si iba en la tarde, trabajes con él en la tarde. Es una forma de sólo continuar con un hábito que ya tenía establecido. No olvides recordar al niño que ahora la escuela es en casa, sólo por un tiempo. En una anécdota para este artículo, una amiga me comentaba que tuvo que marcarle a la maestra de su hija, para que la niña supiera que las actividades que hacían las pedía la maestra, que seguían en la escuela, pero desde casa, eso funcionó para ella.
  4. HORARIO FIJO. Si es posible pon un reloj de manecillas marca en el la hora de actividades escolares, y unos minutos antes recuérdale al niño que están por comenzar. Tú mismo se muy puntual a la hora de seguir ese horario. Esto ayuda porque el niño está menos sorprendido, sabe lo que sigue, se va predisponiendo, y es posible que acepte con menos dificultad.
  5. RITMO Y TIEMPO: En el mismo proceso observarás que tu hijo tiene un ritmo propio de trabajo, que no es el tuyo, te sugerimos respetar ese ritmo con tu paciencia y facilitar, ver donde necesita apoyo y dárselo, descubrir qué no comprende y hallar distintas maneras de acercarlo a esa comprensión, no desesperar, su desesperación o la tuya lo puede bloquear.

 

III. LUGAR ¿CUÁL ES EL ESPACIO ADECUADO PARA EL ESTUDIO?

1. TENER UN LUGAR ESPECIAL PARA EL ESTUDIO: Puede ser el mismo comedor de la casa si no tienes otro espacio, siempre y cuando esté despejado, limpio e iluminado.

2. MATERIALES: Antes de iniciar, acerquen los materiales básicos y verifica que estén listos: diccionario, lápices con punta, borradores, plumas, cuadernos, calculadora, los libros de las materias que trabajará y lo que se le haya solicitado para las actividades del día. Si son bastantes, es mejor acercar los materiales según la actividad, para no saturar el espacio. Esto sirve para poder realizar las tareas sin tener que suspenderlas para buscar materiales, pero sobre todo genera un rito de inicio que prepara y dispone al niño a la actividad.

3. CLIMA: Es necesario:

-Que las personas alrededor respeten la hora de tareas y no obstruyan demasiado la concentración del niño, si hay niños jugando serán un distractor, intenta despejar el espacio. – La televisión debe estar apagada.

– Puede haber música, pero sólo música escogida, la que no impida la concentración del niño.

– Si hace calor, tratar de ventilar bien el espacio.

– Y, sobre todo, verifica tu estado de ánimo, si estás listo para la atención, la tranquilidad y la paciencia. Puedes prepararte realizando antes algo relajante, acércate una bebida, respira, despéjate antes.

 

IV.FORMA ¿CÓMO FACILITAR EL APRENDIZAJE? Podemos empezar emprendiendo las siguientes sugerencias:

1. Definir las CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL NIÑO para saber si LA SUPERVISIÓN que el niño requiere es: COMPLETA, B. MODERADA, o si puede estar C. SIN SUPERVISIÓN.

  • A). SUPERVISAREMOS COMPLETAMENTE Y CON TODA NUESTRA ATENCIÓN.

-Si el niño es pequeño.

-Si sabemos u observamos que la actividad que sigue requiere habilidades que no ha adquirido.

-Si sabemos que es una materia que le cuesta bastante.

-Si es un niño con poca motivación a las tareas.

-Si es un niño con dificultades para concentrarse en esas actividades.

  • B). SUPERVISAREMOS MODERADAMENTE, OBSERVANDO INTERMITENTEMENTE

-Si sabemos que poco, pero a veces deja la tarea de lado.

-Si está utilizando internet (para cuidar la información a la que está accediendo).

-Si él nos solicita apoyo y nos cercioramos de que la tarea no está a su alcance sin ayuda.

-Si es un niño con motivación moderada a las tareas.

-Puede que niños de 3ero a 5to de primaria sean los que requieran esta supervisión intermitente o moderada.

En estos casos le ayudaremos a comenzar, luego observaremos a cierta distancia y nos haremos presentes intermitentemente para cerciorarnos que está en la actividad, sepa que estamos al pendiente, o veamos si nos necesita.

  • C). SUPERVISIÓN REMOTA, PRACTICAMENTE SIN SUPERVISIÓN

-Adolescentes que ya han adquirido el hábito y gestión de su actividad educativa.

-Adolescentes que saben investigar, saben navegar en internet sin riesgo.

– En algunos casos niños de 5to y 6to de primaria ya son capaces de lo que acabamos de describir.

-Si tu hijo tiene automotivación para el estudio y la actividad escolar.

– SI es un niño mayor y auto motivado al estudio, incluso podrá presentarte su plan: a qué hora hará tareas, en dónde, qué materiales necesitará. Y será capaz de seguir su propio plan. Si es el caso ¡Felicidades! has logrado que asuma por sí mismo la importancia de su educación.

 

NOTA: En este punto es fundamental conocer a tu hijo, su capacidad para gestionar su estudio y las habilidades que tiene. Recuerda que todos somos diferentes y que la inteligencias es de variadas formas.

 

  1. PRESENTAR LA ACTIVIDAD DE MANERA ATRACTIVA. Cada niño requiere distintas cosas para considerar algo atractivo, pero TODOS RESPONDEN BIEN AL JUEGO, a veces necesitarás convertir en juego la actividad. Algunos niños necesitan ver dibujos, otros escuchar una historia, otros combinar la actividad física con las de concentración y quietud de las tareas. Observa los programas educativos infantiles y mira cómo logran atraer la atención de los niños y en especial de tu hijo, eso puede darte ideas. Experimenta distintas maneras y observa a cuáles responde mejor.

3. MANTENERLO EN LA ACTIVIDAD: Cuanto más pequeño, es posible que más tienda a la desatención, si es el caso de tu hijo será necesario que le atraigas a la actividad constantemente, con voz tranquila pero y firme, recordándole lo que están haciendo. Si estás tensionado y actúas autoritario, el niño tenderá a evadir la actividad o trabarse, si eres muy titubeante, inseguro, y blando, se irá por la tangente, escúchate y modula tu manera de comunicar. Haber preparado el tiempo y el lugar, presentarle atractivamente las actividades, serán factores menos de desatención.

4. REFORZAMIENTO POSITIVO. Si el niño aún no ha asumido completamente la importancia de las tareas, necesita hallarles alguna ganancia o atractivo especial y directo, ahí puede servir el reforzamiento positivo.

Te pongo un ejemplo que una amiga me permitió contarte:  Su hijo está en preescolar y es muy renuente a realizar las actividades escolares en casa, pero le encantan las gomitas, debía cortar piezas de un dominó, así que su mamá le dijo que abriría una tiendita de panditas, por cada dominó que el cortara le daría una gomita. De esa manera terminó recortando el dominó.

 

5. RECONOCER LOS LOGROS: Reconocerle lo que va logrando LE HACE EXPERIMENTAR SUS POTENCIALIDADES y experimentar el gusto de haber aprendido, probablemente quiera aprender más. Sí se puede revisar los errores pero como algo natural y tranquilamente, con propósito de aprender. Si tu estilo de enseñanza es sólo ver los granitos negros en el arroz y no los logros, puedes frustrar el proceso de aprendizaje.

6. AYUDAR A LA AUTOGESTIÓN. Entre mayor sea tu hijo y si le has apoyado en las tareas en sus primeros años, estará más listo para buscar sus conocimientos por sí mismo, pero en este propósito sigue sirviendo que tú le animes a investigar cuando algo no sabe, le ayudes a saber cómo se investiga algo si no lo sabe hacer, le enseñes maneras de encontrar lo que está buscando, hasta que él adquiera ese hábito de investigar lo que no sabe.

 

7. ACERCARTE A HERRAMIENTAS: Recuerda que tú mismo tienes herramientas, puedes buscar videos sobre temas que desconozcas, ponérselos, puedes mirarlos tú luego transmitírselos, puedes aprovechar la oportunidad de aprender cosas nuevas y manejar la tecnología.

 

8. AJUSTAR EL OBJETIVO: Te cuento otra anécdota que me compartieron para este artículo: En la primera semana después de la suspensión de clases, una niña ya había terminado las actividades y la mamá estaba pidiéndole a la maestra más actividades, otra mamá mira su lista de actividades y aún estaba en la segunda, a pesar de estar trabajando bastante con su hijo.

 

Los niños son distintos. Unos tienen habilidades para una cosa y otros para otra. Muchas veces te toparás con actividades que tu hijo no puede realizar quizá porque no es su mejor habilidad, o porque no ha adquirido habilidades previas. En el primer caso sirve que le ayudes a no desesperarse e intentar lo que se le dificulta. Si es el caso que no lo puede realizar porque aún no adquiere habilidades previas, recuerda que educar es también ajustar los objetivos al niño, identificar el campo fértil más próximo de aprendizaje y adaptar las actividades a ello. En ese sentido puedes recurrir a actividades para recuperar las lecciones que no aprendido para ponerlo al corriente, o comunicarte con la maestra pare hacerle saber lo que has observado en tu hijo y adaptar las actividades.

Intenta practicar estas sugerencias y descubrir cuán útiles te resultan. Si tu hijo ha sido diagnosticado con alguna necesidad educativa no regular: hiperactividad, déficit de atención etc. Podemos solicitar apoyo de especialistas que nos hablen de tema, o podemos también contactarte con ellas para alguna asesoría a distancia.

Por: Psic. Adriana Morfín y Psic. Martha Noriega

De parte de este equipo te saludamos y estamos para servirte.

ESTRATEGIAS SALUDABLES PARA AFRONTAR LA EMERGENCIA SANITARIA

  1. INFORMARTE, PORQUE SABER ES PODER, PERO:

-ELIGE revistas y periodistas serios, que emitan noticias investigadas donde te dan referencias o información de instituciones reconocidas.

-Cuando la información te resulte alarmante INVESTIGA en otras fuentes SU VERACIDAD, si sólo esa fuente lo ha publicado, es muy probable que sea información falsa, duda de ella y NO LA COMPARTAS.

-Toma la información de TRAGUITO EN TRAGUITO, no te expongas a demasiada información que no puedas procesar, DETENTE, realiza otras actividades, DESCONÉCTATE antes de abrumarte.

-DEPURA y exponte sólo a la información ÚTIL, aquella que, con veracidad, te permite conocer la situación actual para tomar decisiones adecuadas.

Continuamos contribuyendo.

Los profesionales de este equipo estamos para servirte.

EL CONTROL DE LA IRA: 8 ERRORES, 8 RECOMENDACIONES

En teoría todos los sentimientos humanos tienen una utilidad, son un primer contacto con el mundo, el más primitivo y más profundo que podemos experimentar. Podemos imaginar nuestro sistema emocional como un centinela, que observa  el mundo y nos mandan señales leves o poderosas que actúan en todo nuestro cuerpo sólo para informarnos cuando surge algo importante. Detectan las amenazas y las oportunidades para la vida al primer contacto, y nos predisponen a una respuesta que, idealmente, nos posicione mejor ante las disyuntivas propias de la existencia y de la vida.

Las experiencias que tenemos, cuanto más cargadas de emociones las vivimos, se archivan mucho mejor en la memoria y quedan más disponibles para revivirlas en situaciones similares a la menor provocación. Esta memoria emocional es en principio resabio de una genética general, una herencia humana que recibimos en cuanto se forma nuestro sistema nervioso, que , por ejemplo; nos hace correr o paralizarnos cuando sentimos un peligro inminente. Pero pronto se vuelve una configuración muy personal, única e irrepetible. El olor a algún perfume, para alguna persona significó cariño y calor; en otra persona, el mismo perfume significo una situación de desagrado, y puede que eso mismo sientan cada que vuelvan a olerlo. Esta carga emotiva da un contexto de significaciones para actuar que es único en cada ser humano. Todo esto es un mecanismo tan avanzado y complejo que, ni lo más novedoso de la inteligencia artificial, ha podido imitar.

 

LOS PATITOS FEOS

Sin embargo, en nuestra cultura hay patitos feos de los sentimientos, esos sentimientos que se consideran inapropiados e incluso que se debe intentar evitarlos.  Estos son el enojo, la tristeza y el miedo, y toda la gama leve e intensa que se desprende de ellos. Aquí partimos de la idea de que los tres son imprescindibles en la experiencia humana. Pero hoy nos centraremos en el enojo y en la gama más fuerte de esta paleta emocional a la que llamamos: ira.

 

OBJETIVO: LA DEFENSA.

El enojo en el ser humano tiene el objetivo indispensable de contrarrestar amenazas, de oponerse o destruir lo que se considera nocivo. Es una activación que viene EN DEFENSA DE LA EXISTENCIA, DE LA CALIDAD DE VIDA o DE LA DIGNIDAD, por esto se considera un elemento indispensable para sobrevivir en el mundo. Cuando actúa coordinada por LA CONSCIENCIA Y EL PENSAMIENTO puede proporcionarnos una vida digna, evitar u oponerse a relaciones donde el respeto y la integridad de uno mismo están en riesgo. El enojo entonces tiene bondades que ofrecernos, nos empuja a hacer cierres, poner finales o hasta luchar contra lo que atenta nuestra dignidad o existencia, es parte importante de la fuerza vital luchando por ser, fuerza de la que la propia naturaleza nos dotó y a la que todo ser viviente tiene derecho.

ESTAR PROHIBIDOS AL ENOJO, LA IRA, LA RABIA, SENTIR CÓLERA, O FURIA, ES COMO DEJAR A UN CUERPO, O A UN EQUIPO SIN DEFENSAS, una casa sin puertas, convertirnos sólo en seres inertes sin resistencia a nada, nadie podría sobrevivir por mucho tiempo sin acceso a estos sentimientos.

COSTUMBRES QUE IMPIDEN MANEJAR ADECUADAMENTE LA IRA

1. POHIBIR EL ENOJO.

Desconozco aún la causa de esto, pero si he observado claramente que LOS SENTIMIENTOS SON COMO LA MATERIA: NO SE CREAN NI SE DESTRUYEN SÓLO SE TRANSFORMAN. La prohibición de sentir enojo multiplica el enojo. Es como el centinela nos gritara que viene un ejército y nosotros no atendiéramos la llamada, el llamará más fuerte, gritará, tocará campanas, encenderá antorchas, y lo que era enojo se convierte en ira, frustración, miedo o dolor. No atender lo que nuestros centinelas están detectando como amenaza, sólo aumenta la sensación de peligro, ante la sensación de indefensión las alarmas van creciendo. Luego, las emociones tienen la particularidad de actuar en conjunto, si es un enojo, se suma a otros pequeños y grandes enojos hasta volverse una masa más difícil de entender, diferenciar y atender. Alguien debe abrir la ventana evaluar el peligro. planificar la actuación adecuada, y ejercerla, decirle al centinela que se atiende el llamado.

En nuestra cultura todavía hay familias donde a las niñas se les va prohibiendo el enojo, la ira, la rabia. Como consecuencia de esto, no pueden aprender a manejar consciente y libremente su propia defensa. Siendo un ser humano, es imposible que erradique el enojo que es parte de su fuerza vital, entonces debe hallar maneras muy complicadas de maniobrar con él, de expresarlo “sin expresar”, de sentirlo “sin sentir”.

La utilidad del enojo, o el “encabronamiento”, depende de que aprendamos a convertirlo en herramienta y no en obstáculo. Suelo hacer una pregunta a mis pacientes: “si quisieras poner un clavo en la pared ¿Qué herramientas tomarías, una pistola, un machete, un martillo, un serrucho, un clavo?”, por mejor que golpeen, corten, disparen, una sola herramienta no sirve para todos los propósitos.

El enojo como sentimiento, dota de sentido la vivencia, nos dice la intensidad e importancia de lo que vivimos, suele hablarnos de que hay algo que nos amenaza, pero sólo es la campana que suena. La razón y el pensamiento deben descifrar la magnitud o tipo de amenaza a la que nos enfrentamos, qué sucede, qué está en peligro. Luego la inteligencia visualiza y elige la respuesta que más nos aproxime al fin que más deseamos.

 

2. TAPAR VÁLVULAS.

En ocasiones LOS PROBLEMAS DEL CONTROL DE IRA no ocurren por tener prohibido el enojo, sino POR TENER PROHIBIDOS los sentimientos que le contrastan, como pueden ser LA TRISTEZA, LA EXPRESIÓN DE CARIÑO O DEL MIEDO. Es un fenómeno muy recurrente en nuestra cultura aún machista, en la que el miedo, la tristeza, y las muestras de cariño suelen estar prohibidas para los hombres, se les identifica como muestras indeseables de “debilidad”. El asunto es que, como vimos antes, con prohibir sentimientos no los desaparecemos, pero como los sentimientos son una fuerza, debe salir, así que encuentran la vía de expresión aceptable. Personas iracundas pueden ser en realidad, personas con mucho miedo, (ojo: no por ello dejan de ser agresivas o tal vez peligrosas). Este taponeo, o camuflaje complica ver, atender y resolver lo que el sentimiento esta  solicitando.  Es como usar martillo y serrucho cuando lo que queremos es coser o pegar algo, porque no nos dejan usar el pegamento. Si tenemos emociones disfrazadas con el traje de las que “se nos permiten”, no podremos reconocerlas, mucho menos darles la salida adecuada. Asumir el derecho de sentir, es el primer paso para la inteligencia emocional.

 

3. NEGACIÓN Y EVASIÓN DE LOS ENOJOS

EXPERIMENTAR NUESTROS SENTIMIENTOS ES PARTE DE UNA CLAVE QUE  CONTRIBUYE A RESOLVER DETERMINADO PROBLEMA. Si nos negamos el enojo que en efecto estamos sintiendo, es como quitar las primeras letras de una contraseña. Si la evadimos tanto que ya ni recordamos conscientemente la situación, luego se vuelve más difícil de resolver, queda no visto, pero no por esconder la cara entre tierra se ha desaparecido el asunto.

   Evadir y evadir enojos es el fermento en el que luego explota la ira “inexplicable”. La ira irracional, la frustración constante a la que no le hallamos motivo, sentir gran enojo por una situación que parece menor, son malestares que pueden surgir por evadir enojos.

4. DAR A LA IRA EL CONTROL DE LA SITUACIÓN Y LA VIDA

A veces en lugar de manejar la ira, resulta que la ira nos maneja, sucede cuando a penas sentimos enojo y reaccionamos sin previa reflexión. Recordemos que  una cosa es que la ira tenga derecho a existir y otra que nos movamos atacando o violentando sin siquiera pensar. El sentimiento es inevitable pero la acción es elegible. El enojo bien reflexionado nos permite poner límites donde se nos esta perjudicando, terminar con situaciones que atentan contra nuestra dignidad o amor propio, tenemos derecho a la defensa y lucha de y por la propia vida y la de los que queremos. Lo único que se precisa es que los actos NO se decidan en el calor de ese sentimiento y por el sentimiento, sino por la mediación de la inteligencia.

Esto implica mantener la conciencia y la claridad de que vivimos en sociedad y compartimos un mundo en el que otros tienen también derechos. Tenemos derecho a manifestar a otros nuestra molestia, pero la actuación mejora la vida cuando está mediada por la razón, cuando la hemos pensado, cuando no es sólo un vómito indiferenciado y sin sentido hacia alguien, cuando tiene la finalidad y el esfuerzo real de resolver una diferencia o situación. El enojo y la ira son de los sentimientos que más requieren de la reflexión antes de la actuación por los daños que puede producir si nos equivocamos.

Incluso tenemos derecho a los golpes, pero sólo cuando lo que está en riesgo es la vida, la integridad o es la única manera de defenderla. También tenemos derecho al insulto, cuando el insulto más bien viene a ponerle el nombre correcto a una realidad que, para nuestra sobrevivencia o dignidad, necesita ser nombrada, luego detenida.

Para convertir el enojo en herramienta y no ser, uno mismo, herramienta de esa furia, es necesario que domine nuestra inteligencia auto respeto y el respeto a los otros. El enojo suele aparecer en terreno de bajada y en curvas, en ese terreno no podemos echar a andar el carro, acelerando, soltando el volante y tapandonos los ojos. El enojo es el sentimiento que más requiere de nuestra mayor atención, calma, precisión y precauciones antes de actuar.

 

5. ESPERAR SIEMPRE EL SÍ Y LA SATISFACCIÓN

A veces el enojo se vuelve el estado de vida, cuando caminamos como si el mundo, las cosas y las personas tuvieran que responder siempre positivamente a todas nuestras necesidades y requerimientos. Esto no puede ser así,  porque la vida, las personas y EL UNIVERSO NO GIRAN EN TORNO A NOSOTROS Y NUESTRAS NECESIDADES. Cuando se es adulto, sólo uno mismo es el responsable de la propia existencia, y aprendemos que sólo pocas pero ineludibles cosas están realmente en nuestras manos. A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA VAMOS DISTINGUIENDO LO QUE SÍ PODEMOS CONTROLAR DE LO QUE NO. Por nuestra propia salud APRENDEMOS QUE TOMAR y QUE SOLTAR.

Si preferimos aferrarnos a intentar mover a nuestra voluntad lo incontrolable, lo externo, a los otros, lo que no está en nuestras manos, perdemos tiempo y energía que necesitamos para llevar la rienda de nuestra propia persona, que es lo que realmente requiere nuestra dirección.  Como es un intento imposible, como barril sin fondo, despierta más necesidad de control, y algunos, ante esta necesidad, reaccionan queriendo controlar con más fuerza lo incontrolable. Este es un círculo vicioso difícil de detener, su ganancia es la insatisfacción constante. Esta es la causa más común no sólo de problemas de ira, sino de depresión y de ansiedad.

 

6. GENERALIZAR MOMENTOS

Cuando atravesamos una situación muy cargada emocionalmente, es importante que seamos conscientes de que es UNA SITUACIÓN, que si el sentimiento es fuerte puede estar magnificando lo que vemos, porque esa es su función, prendernos luces y alarmas; en el caso de la ira, puede pintarnos TODO MAL, hacernos ver amenazas y ataques por TODAS PARTES, pedirnos incendiarlo TODO, hacernos ver como que TODO SE HA TERMINADO, o que hay que TERMINARLO TODO. Para navegar en los sentimientos sin ahogarnos, se requiere que consideremos que “tal vez” algo no estoy viendo porque hay mucho sentimiento saturándose la vista, sirve DETENERME EN LA SITUACIÓN PARA SABER SI REALMENTE TODO ESTÁ MAL, O SÓLO ES UN ASPECTO DE LA VIDA Y HALLAR CÓMO RESOLVERLO.

En ocasiones el sentimiento es más que atinado, nos está dimensionando con precisión algo muy importante y grande. Si es el caso, requerirá nuestra concentración, voluntad e inteligencia para hacer algún tipo de cambio, o hallar alguna solución y emprenderla, estaríamos hablando de una mejoría en nuestra vida que se inició gracias a que nuestro equipo emocional funcionó adecuadamente y que supimos orientarnos.

  1. CULPAR A OTROS

LAS ACCIONES SON DE QUIEN LAS EJECUTA, LOS SENTIMIENTOS SON DE QUIEN LOS SIENTE, CUANDO HAGO AL OTRO RESPONSABLE DE MI SENTIR LE DEJO TAMBIÉN EN SUS MANOS LA POSIBILIDAD DE LA RESOLUCIÓN, si nunca quiere resolver YO SEGUIRÉ DEPENDIENTE DE SU DECISIÓN. Mi bienestar puede quedar dependiendo del otro hasta que no me haga cargo de lo que siento, busque y emprenda mis propias soluciones. El sentimiento viene a darnos la fuerza para cuidarnos, atendernos y auto-dirigirnos, son para nosotros más que para el otro.

Puede ser que la otra persona está trasgrediendo un límite, que está abusando de la confianza, de su poder o algo parecido, y estos actos son reprobables, pero son nuestras emociones y sentimientos los que nos avisan de esta situación, los que nos urgen a una solución y necesitamos utilizar todos nuestros recursos para encontrarla y emprenderla

 

8. QUERER RESOLVER CUANDO EL SENTIMIENTO DE ENOJO ESTÁ A TOPE

CUANDO EL SENTIMIENTO ESTÁ EN SU PUNTO MÁS FUERTE, SE OBSTRUYE EL RAZONAMIENTO Y LA CONSCIENCIA, ESTAMOS PREPARADOS PARA LA DEFENSA Y EL ATAQUE PASE LO QUE PASE.  Lo más probable es que no veamos con claridad ni el problema y mucho menos las alternativas. Es importante que aprendamos a reconocer cuando el enojo está en el punto en el que el diálogo (con otro) no será beneficioso, sino que necesitamos un espacio de calma, para reducir el enojo, despejar la vista, tener un diálogo interno o lo necesario para volver al diálogo con el otro con más claridad y/o disposición para resolver o tomar decisiones.

 

HABILIDADES PARA MANEJAR ADECUADAMENTE EL ENOJO Y LA IRA

  1. HACER CONSCIENCIA.

El primer paso para manejar nuestra ira es ser conscientes de lo que sentimos y de cuando sentimos molestias, enojos, ira,  ser transparentes con nosotros mismos. No podemos manejar lo que no vemos o no nos permitimos saber siquiera que existe.

  1. DAR LUGAR Y TIEMPO A LAS EMOCIONES

Es tomar un momento del día para preguntarnos ¿Cómo estoy? ¿Cómo me siento? ¿Cómo me ha ido?

 

  1. EXPRESIÓN Y ATENCIÓN DEL ENOJO

Si nuestro enojo nos avisa de un riesgo, hacemos consciencia, hallamos una solución, pero al final no la emprendemos, el sentimiento no se irá, permanecerá hasta que emprendamos esa solución. El enojo como otros sentimientos deben culminar en un redireccionamiento de la vida o del entendimiento, es decir o hago el cambio o acepto que en realidad es algo que no pienso ni quiero hacer.

  1. APRENDER A PROCESAR EMOCIONES: STOP PAS

Practicar el manejo de emociones puede ser algo complejo, pero el libro “Educar con inteligencia emocional” lo simplifica en siete pasos sencillos: 1. Sentimiento, 2. Situación, 3. Problema, 4. Objetivo, 5.Solución o alternativas, 6. Práctica, 7. Revisión. Sirven para maniobrar con las distintas emociones que se nos presenten e incluso ayudar al niño a desarrollar esta capacidad.  (Para más información de estos pasos, sigue nuestras publicaciones o ve al libro).

  1. TIEMPO FUERA

A veces los enojos pueden ser tan fuertes que necesitamos un tiempo fuera, pero, ojo, el tiempo fuera no puede convertirse en una evasión para guardar el tema sin volverlo a tocar, sólo es un tiempo para relajar el sentimiento desconectándonos un poco de él o de la situación que lo ha disparado, y elegir otro momento para atender lo que ese sentimiento nos está reportando.

Hay personas a las que les sirve caminar, salir de casa, escuchar música, cada persona tiene distintas maneras de desconectarse de la emoción cuando considera que lo está rebasando, para volver más despejado a encontrar opciones.

 

  1. MANEJAR LA FRUSTRACIÓN

Implica saber que la vida y las personas pueden decirnos sí, pueden decirnos no, pueden decirnos tal vez, que las cosas pueden pasar muy diferentes a lo que esperábamos. Pero recordar que si hay algo  que podemos dirigir es en nuestras acciones; tenemos un cuerpo propio, para acercarse, alejarse, hablar o hacer; y sobre todo UNA FUERZA DE RESISTENCIA Y OTRA DE ADAPTACIÓN que, en equilibrio, pueden ayudarnos a vivir plenamente aún entre las incertidumbres de la vida.

Para alcanzar este equilibrio, es imprescindible desarrollar confianza y lealtad hacia uno mismo, hacia las prioridades más importantes de la propia vida, es poner a nuestro servicio nuestras propias capacidades y experimentarnos también capaces de guardar un respeto por la vida y voluntad de los demás.

  1. SABER CUANDO TOMAR Y CUANDO SOLTAR EL CONTROL

Es aprender a identificar lo que está en nuestras manos para manejar o resolver una situación y emprenderlo. A la vez, ser capaz de identificar lo que no podemos ni debemos intentar controlar y ser capaces de soltarlo. Es una maestría que algunos logran, pero sólo a través de la experiencia del reconocimiento de las capacidades de uno mismo, de la humildad y de la confianza.

  1. ACUDIR A PSICOTERAPIA.

El manejo de emociones y en este caso de la ira puede ser un proceso muy complejo, por lo que a veces es necesario tener acompañamiento para agilizar ese aprendizaje o mejorarlo. Una psicoterapia es un espacio seguro donde puedes manifestar tus emociones, aprender a pensar en soluciones y emprenderlas.

Los sentimientos son un universo complejo, y lo compartido aquí no es una receta de aplicación inmediata, sino de ejercicio y disciplina hasta hallarnos dueños de nuestro universo emocional.

Psic. Adriana Morfín.

No olvides dejarnos tus opiniones o comentarios, gracias a ellos mejoramos día a día nuestra tarea.

LA PSICOTERAPIA COMO ACTIVISMO SOCIAL

Generalmente se entiende a la psicoterapia como un ejercicio apolítico, sin credo ni filiación. Nada más lejos de la realidad, ya que la psicoterapia desde su nacimiento ha representado también un inevitable posicionamiento socio-político-cultural y filosófico. Por ejemplo, decir que la mujer envidia el pene (Laplanche, 1996) es un posicionamiento cuasi político, explicarlo como una simple envidia, hacer una disertación de su conformación, y no observarlo como un hambre de equidad y reconocimiento de género, es una expresión del machismo que habita en el mismo marco cultural y de pensamiento de quien analiza ese fenómeno. Y ese es sólo un ejemplo. Otro más acorde a este artículo es el de la psicología norteamericana que ha influido fuertemente en la manera de hacer psicoterapia en México. En este sentido, algunos enfoques, o unos más marcados que otros, han priorizado la importancia del individuo como un sujeto prácticamente autosuficiente, y en su lado más extremo interpreta la necesidad de pertenencia a grupos como una dependencia. Tampoco queda libre de pecado aquella psicoterapia que aboga completamente por la formación de comunidad por encima de los intereses individuales.

Desde mi punto de vista, la psicología tiene en este momento una disyuntiva entre las fuerzas que apuntan hacia la individuación como única reina y señora de la salud, o la colectividad. Pero es una disyuntiva sólo en apariencia, porque tal vez se trata de dos pasos de lo que debería ser un mismo proceso. El fortalecimiento individual, o lograr que la persona pueda diferenciarse y reconocerse como alguien diferente y similar a los demás, es sólo el primer paso. La psicoterapia no puede culminar ahí, debe pasar por ese tramo, pero se corona en el logro del reconocimiento del otro como un igual, como “alguien” diferente, pero con igualdad en dignidad, con quien podemos y necesitamos aprender a convivir. Ni siquiera es posible construir una identidad sin la experiencia de uno mismo con otros (Berger, 1994), esto puede indicar que a veces la línea entre lo individual y lo colectivo no existe del todo, como si hubiera un limbo donde ambas confluyen y no es una sin la otra.

El enfoque sistémico dentro de la psicoterapia, ha aportado mucho a este respecto, aunque aún queda mucho por saber. La salud psíquica está inmersa en las relaciones que establecemos. Y, por otro lado, la trasformación social implica ejercer la individualidad tanto como aprender a ejercer la fuerza de la colectividad. Sabemos que tenemos un cerebro que es individual, pero de hecho hay quien consideran la existencia de un exo-cerebro (Bartra, 2007) y postula que las funciones mentales importantes se habilitan o potencializan sólo en los procesos de socialización.

Los problemas actuales de violencia en México entre otros tantos problemas en el mundo, así como la conexión mundial a través de nuevos sistemas de comunicación, requieren el trabajo en esta dialéctica: el fortalecimiento de la individualidad y de la colectividad.

El pensamiento autocrítico.

La mayoría de los enfoques en psicoterapia empujan hacia la formación o crecimiento de un pensamiento autocrítico, cuando el psicoterapeuta pregunta ¿Usted qué piensa? ¿Cómo ve tal situación? ¿Qué soluciones se le ocurren? Apunta hacia la reflexión sobre uno mismo, hacia un reconocimiento de la propia situación en el mundo y las capacidades que poseemos para trasformar la realidad. El fortalecimiento de un PENSAMIENTO CRITICO es el eje más importante en cualquier proceso psicoterapéutico, es herramienta fundamental de la consciencia. Incluso, los mejores psicólogos tratan de abstenerse de recetas preconcebidas, aprenden a caminar acompañando al otro a gestionar su vida. La vida puede ser lo más valioso que se posee, lograr posicionarse como sujetos y no como simples objetos de la realidad circundante y de la propia vida, dentro de un mundo que empuja a la alienación y el aislamiento, es a todas luces un acto revolucionario.

La psicoterapia como alienación al sistema.

Existe la idea (tal vez muy justificada) que la psicoterapia es la droga del sistema, un sistema de alienación dentro del sistema de alienación para formar personas “obedientes y felices con el estado de las cosas”. Pero eso depende justamente del marco de referencia del psicólogo. Quienes abogan sólo por el positivismo, quienes abogan SÓLO por “estados de tranquilidad”, quienes abogan por “caminar alegremente sin que importe nada más”, en resumen, quienes no reconocen la dualidad, incluso la multiplicidad de estados en la esencia humana, quienes pretenden ejercer el control de un proceso más que la propia persona a quien se atiende, probablemente responden, tal vez sin saberlo, a la intención de alienación.

La crisis, el cuestionamiento, la insatisfacción, los distintos impasses que atraviesa el ser humano a lo largo de la vida, suelen ser la semilla principal desde la que nace la transformación, el cambio, el crecimiento. El cambio en psicoterapia, suele sustentarse en dichos estados, el fortalecimiento de la persona implica aprender a vivir en ellos y ahí, en la misma incertidumbre, hallar no sólo la condición inevitable de la vida, sino el mismo sentido.

La autocrítica del terapeuta.

Uno de las grandes dificultades en psicoterapia (además de la resistencia de los sistemas al cambio (Bertalanffy, 1976)) es la incapacidad del terapeuta para observarse dentro del sistema al que pertenece (Von Forester, 1991) en ese espacio psicoterapéutico y en el propio mundo. La incapacidad para cuestionar su idiosincrasia, sus creencias, su intención de recetar sus propias fórmulas preconcebidas antes que propiciar la autocrítica, arriesgan a someter al otro a la propia concepción del mundo, por más beneficiosa o perjudicial que resulte, es dejar de ver al otro como sujeto y gestor de su propia vida, es repetir los patrones monárquicos que aún habitan nuestras sociedades que convierten a los de “menos poder en la estructura social” en objetos.

El activismo en el diván.

No hablamos aquí de adoptar una política o alguna creencia religiosa y empujar al individuo que recurre a la psicoterapia a abrazar nuestras propias concepciones. Hablamos de fortalecer en quién se acerca a la psicoterapia sus propios procesos críticos, la capacidad de cuestionarse y que la persona pueda llegar a sus propias respuestas. En la realidad política actual, esto representa un activismo y un posicionamiento, en especial para toda política que busca alimentarse de la alienación, de arrebatar la libertad, de desposeer al individuo de sus capacidades humanas básicas (como lo es la consciencia), y a las comunidades de su riqueza colectiva.

La educación para la libertad (Freire, 1971), el constructivismo y el personalismo cristiano en la filosofía, son bases de esta vertiente en psicoterapia. El “consultorio” no es un aula, pero se procura el pensamiento crítico, el crecimiento de sujetos y no de objetos de un sistema, se procura la libertad, reconoce la importancia de la persona y del amor, pero que no puede evitar manifestarse, no se queda sólo en en la individualidad, sino que se derrama hacia el reconocimiento del otro, hacia la colectividad que implica algo de uno mismo. Estos son también lineamientos que suelen cristalizar en la psicoterapia sistémica, tal vez aún sin intención.

Actualmente las problemáticas en nuestro país, principalmente la violencia, atraviesan al individuo, han cambiado los parámetros de lo que se consideraba paranoia, ya que ahora es un terror justificado. Estas problemáticas, si queremos solucionarlas, no pueden dejarse sólo en manos de instituciones o del mismo Estado, tampoco en la vulnerabilidad de lo individual. Sólo podemos hallar fuerza en la gestión comunitaria de nuestras necesidades, por las que nadie hablara más que NOSOTROS. Esos lasos colectivos, esa fortaleza de personalidades como alguien dentro de un mundo y un grupo, y no como algos, ese cerebro externo que conformamos todos (según mi re interpretación del término), son los lasos que se hallan rotos y que requieren urgentemente recuperarse.

Estas son sólo algunas de las problemáticas de nuestros tiempos, a la que la psicoterapia y la psicología pueden aportar: trabajando para el fortalecimiento del individuo y el favorecimiento de la regeneración del tejido social.

Psic. Ant. Adriana Morfín.

Si deseas conocer más sobre este tema, te recomiendo leer “Cambios modestos, grandes revoluciones. Terapia familiar crítica”, de Raúl Medina, editorial Imagia y compartir tu opinión.

Bartra, R. (2007). Antropología del cerebro: la conciencia y los sistemas simbólicos. México: FCE.

Berger y Lukmann T. (1994). La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorroutu.

Bertalanffy, L. V. (1976). Teoría general de sistemas. Fundamento, desarrollo y aplicaciones. México: 1976.

Freire, P. (1971). La educación como práctica de la libertad. México: Siglo XXI.

Laplanche, J. y. (1996). En J. y. Laplanche, Diccionalio de Psicoanálisis (pág. 118). Barcelona: Pidós.

Von Forester, H. (1991). Las semillas de la Cibernética. Barcelona : España.

 

¿CÓMO CAMBIAR MIS HÁBITOS ALIMENTICIOS?

Sabemos que los malos hábitos alimenticios son la principal causa de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, la hipertensión arterial y diversos problemas cardiovasculares, que aumentan de manera tan grave que ya rebasan la capacidad de los servicios de salud pública y son la principal causa de muerte en nuestro país. La mala alimentación afecta incluso nuestro estado de ánimo, reduce o altera nuestra energía y está implicada en todo aspecto del funcionamiento de nuestro cuerpo en el presente y en el futuro. Sin embargo, para muchas personas, modificar los hábitos alimenticios es algo sumamente complicado porque “comer” es una actividad humana que implica costumbres, cultura, e incluso la misma manera de ver la vida y a nosotros mismos. Si te has propuesto modificar tu alimentación, te dejamos a continuación algunas reflexiones que pueden ayudarte en ese proceso.

Para lograr cambiar tus hábitos alimenticios debes asumir primero “que habrá un cambio” que si tienes éxito tendrás en tus platillos y vasos alimentos y bebidas diferentes a las habituales o en cantidades y porciones diferentes, no hay de otra, y si no estás abierto a esta experiencia, jamás lograrás mejorar tu alimentación. Más que añorar los alimentos que dejes, concéntrate más en apreciar los alimentos de tu nuevo platillo, considera lo que aportarán a tu cuerpo y la fortuna que tienes de poder tener en tu  mesa alimentos de calidad y sanos, dedícate a disfrutarlos.

Hay algo en lo que también puedes concentrarte y esto es que: sólo el inicio es la parte difícil. Nuestro paladar es capaz de experimentar disfrute de los alimentos nutritivos, si mantienes tu dieta, en verdad puedes llegar a tener antojo de una zanahoria, de una ensalada, de lentejas u otros alimentos, recuerda que, de hecho, lo natural es que nuestros antojos se despierten hacia alimentos saludables (los que requiere nuestro cuerpo). El problema es que, si has tenido por años una mala alimentación, has expuesto constantemente tu sentido del gusto hacia esos alimentos o en esas porciones, generando en tu propio paladar una inclinación hacia ellos. En la medida que los dejes y expongas tu lengua a nuevos sabores con constancia, no sólo recuperarás el gusto por ellos, sino que, incluso, puedes volver a percibir el antojo de alimentos saludables. El reto es mantenerte meses y años con los alimentos indicados en tu platillo.

Un error al “emprender una dieta” es querer hacerla un mes, un año o dos. La dieta sana o la alimentación sana requiere hacerse toda la vida, no por momentos, y esto no significa sacrificio y pasar hambre sino acostumbrarse a variar y equilibrar los platillos y saber en qué momento puedes permitirte algunos alimentos, porque las mejores dietas son las que tienen mayor variedad. Si tienes como objetivo tu salud y te mantienes en ello, incluso podrás ir identificando los cambios en tu cuerpo, la cantidad de alimentos que realmente necesitas comer, el tipo, incluso puedes aprender a darle sabor a tu propia comida saludable.

La siguiente recomendación es pedirle a tu dietista, hacer cambios que contemplen en mayor grado posible nuestra cultura culinaria, tus costumbres personales, e implique los alimentos a los que realmente puedes acercarte.  Los cambios en los platillos funcionan más si se hacen dietas familiares, esto en el sentido que un platillo puede realizarse para todos y la diferencia puede ser la cantidad y proporción, no la elaboración.

Otro error al tratar de mejorar nuestra alimentación, es hacerlo sólo para modificar nuestro peso y optar por dietas rápidas. Las dietas rápidas pueden ser riesgosas, porque suelen ser dietas  que excluyen elementos nutricionales. Dietas de sólo proteína o sólo verdura, y en general, las dietas que nos alejen de alguno de los elementos nutricios primordiales pueden poner en riesgo nuestra salud y generalmente ocasionan un rebote. Tampoco es recomendable consumir medicamentos no recetados por un médico y sin una justificación física. La dieta más efectiva es en la que la persona asume que todos los días de su vida en sus platillos habrá la variedad necesaria y lo cantidad de energía que necesita su cuerpo.

TRES ASPECTOS PSICOLÓGICOS QUE PUEDEN RELACIONARSE CON LA ALIMENTACIÓN.

La ansiedad es uno de los principales aspectos psicológicos que pueden impedir que logres cambios en tu dieta. Si experimentas más deseos de comer cuanto más “nervioso” te sientes, puedes mejor dedicarte a revelar cuál es el problema real, si hay problemas no resueltos que te preocupan, insatisfacciones, intenta aplicar tu mente a buscarle la solución posible. A veces es indispensable aprender a dejar el tema si es algo irremediable. Abrir un cuaderno y escribir nuestras preocupaciones y soluciones, incluso salir a caminar o meditar, es más saludable y funciona mejor para resolver nuestras dificultades que abrir el refrigerador.

La falta de habilidades de disciplina u autocontrol es otro de los obstáculos para lograr una dieta saludable. Cuando por años hemos tenido malas costumbres alimentarias, modificar la alimentación requerirá que continuamente toleremos y asumamos la frustración de los antojos a los que estamos acostumbrados. A veces este es precisamente el problema principal, que no hemos aprendido asumir la frustración de los deseos,  más bien aprendimos a buscar la manera de finalmente satisfacer nuestros antojos por encima de la propia salud e integridad. Perdemos de vista el objetivo importante, por un momento de satisfacción. Enfócate en la importancia de tu salud.

Un último aspecto que puede dificultar que logres dietas saludables es la falta de una auténtica autoestima. A veces, de manera consciente o inconsciente tenemos conductas autodestructivas, como si en una parte a veces invisible de uno mismo, tuviéramos la intención de dañarnos o hasta desaparecernos. Estos son aspectos más serios y complicados, y si detectas que esta es tu dificultad, acércate a un psicoterapeuta con quien podrás analizar la situación y resolverla.

Como en toda situación humana pueden existir otros aspectos implicados en tu alimentación o que dificultan las modificaciones en la dieta, pero existen también muchas estrategias profesionales que los expertos en la conducta y la conducta alimentaria (psicoterapeutas), acompañados del trabajo experto de un nutriólogo pueden ayudarte a resolver, sólo recuerda que no hay tratamiento que no requiera de tu esfuerzo y voluntad.

     La dieta que mejor funciona no es la que se hace por estética o bajar de peso, sino por cariño, respeto y amor a nuestro cuerpo, a nuestro ser y a la vida.

Finalmente, te dejamos un video a propósito de la tolerancia a la frustración, que es parte fundamental para lograr lo que nos proponemos e incluso para lograr la plenitud y felicidad.

Psc. Ant. Adriana Soledad Morfín L.

DEL DÍA DEL PADRE Y LA LIBERACIÓN MASCULINA

 

En nuestro país la lucha por la liberación femenina ha sido objeto de mucha polémica, simplemente mencionar que una mujer quería ser libre era entendido (y aún ahora hay quien lo sigue entendiendo) como algo peligroso, la libertad sexual en la mujer se califica casi siempre como prostitución, el simple coqueteo abierto era visto como algo indebido que acreditaba al otro a proceder hasta donde quisiera, ya no digamos el simple vestir. También se entendió la búsqueda de la libertad en mujeres que eran madres como abandono y desnaturalización. Elegir luchar por la libertad de la mujer fue un camino lleno de escarnio y estigma social y en muchos sentidos aún lo sigue siendo.

En el sentido más simple y quizá menos contaminado de la liberación femenina, podemos comprenderla como el movimiento de mujeres que han tenido la capacidad de cuestionar los roles que la sociedad nos ha asignado, de preguntarse qué es lo que son o quieren ser y de emprender los caminos de libertad para poder decidir las cosas que cualquier ser humano adulto puede decidir por sí mismo, suelen ser mujeres que además tienen la valentía de asumir las responsabilidades  y retos que ello trae consigo.

Algunas mujeres no se han quedado buscando la libertad para sí mismas, sino que se han dado cuenta que es un camino que se puede hacer, y muchas veces es indispensable hacerse, en solidaridad con otras mujeres, porque las amenazas que están sobre la otra, fácilmente pueden estar sobre una, y creo que es, también,  por la propia capacidad solidaria y de trabajar en grupo que hemos adquirido a lo largo de este orden social. Esta es una lucha dura y compleja que muchas mujeres valientes desde las más notables y hasta las más humildes han librado y que nos han permitido vivir un momento mejor que el que ellas tuvieron, aún que el camino se vislumbra todavía largo.

Pero ¿Qué hay de la liberación masculina? Ellos, los entendidos masculinos ¿Son seres libres y privilegiados? Desde mi punto de vista, para los hombres la lucha por su libertad es más compleja por dos razones iniciales:

  1. Porque los supuestos privilegios que el hombre ha tenido hacen pensar que es un ser libre, que puede decidir, que puede ir, que puede hacer según su libertad y voluntad, que no está atado a nada.
  2. Porque entre los roles que se le asignan al hombre cabe poco la posibilidad de detenerse a cuestionarse sobre sí mismo como ser “masculino”, porque según la jaula de roles: “las mujeres nos fijamos en detalles, ellos son por naturaleza seres prácticos que no se detienen tanto en subjetividades de lo cotidiano”.

Poco se escucha que los hombres emprendan movimientos para cuestionar y desafiar sus ataduras. Y por ataduras “masculinas” entiendo tantas cosas, entre ellas: la prohibición a expresar más sentimientos que el enojo y la ira, se les prohíbe la ternura, la manifestación de dolor, hablar de sus dudas, del cansancio y del peso de su rol, cuestionar por qué les toca proveer en centavos y no el cuidado de los hijos,  por qué deben asumir el rol de conquistadores y es vergüenza ser conquistados, por qué la sociedad ve natural en ellos la violencia y la anima, por qué si son violentados ( más por mujeres) tienen mayor obligación al silencio y si hablan hay burla, por qué es su juguete el martillo o el coche y no una escoba o un juego de té, por qué una niña puede jugar con carritos pero hay más escándalo si un niño juega a abrazar y alimentar un muñeco, por qué ellos están más obligados a largas jornadas laborales poniendo la labor por encima de la vida, por qué la sociedad no descalifica que un padre esté lejos de sus hijos, pero no puede faltarles una madre, por qué algunos hombres no pueden verse al cuidado de sus propios hijos sin la presencia de una mujer. Y si seguimos, creo que haríamos una larga lista de cuestionamientos sobre las prohibiciones “invisibles” de ser y elegir que viven los hombres.

En un primer momento podemos pensar que los masculinos de este contexto suelen ser coptados y/o sobornados por los supuestos beneficios de su rol (de macho), que por ello no les preocupa o vislumbran algo más, pero a veces también pareciera que de alguna forma todos, en algún aspecto, estamos anestesiados ante los machismos, como si fuese una infección zombi pues parece que caminamos sin preguntarnos por qué ni para dónde.

Y cuando uno pierde la esperanza suceden cosas. En mi vida, tuve un don muy importante, el de tener un padre tierno que abrazaba y besaba a sus hijos, que jugaba con nosotros, que pacientemente escuchaba mis preguntas y mi mucho hablar, que me llevaba a su trabajo y platicaba conmigo de distintos temas de la vida. Pudo tener muchos defectos, pero un día me dijo que él quería que yo fuera libre como él, como cuando era joven y anduvo por aquí y por allá, y que con sus amigos se lanzó a la aventura de un viaje mochilero sin un peso en la bolsa. También tuve una madre que me pedía hacer las cosas por mí misma, que no esperara a que un hombre viniera a resolver y que se propuso que yo terminara la carrera que eligiera, y aun cuando ella venía de condiciones muy precarias, entre machismos y pobreza. También tuve ejemplos de mujeres y hombres que quedaron aplastados aceptando las depresiones de vivir atados a los supuestos de su cruz, hombres y mujeres que jamás enfrentaron ni cuestionaron “esas cruces”, y de otros tantos que desafiaron los límites de sus roles y circunstancias que fueron más allá de lo que su contexto les daba, que hasta sin saberlo abrieron y facilitaron el camino para muchos.

En ese sentido, puedo pensar que hay pequeños movimientos cotidianos por la libertad de ser quienes somos y ser respetados, por la libertad de soñar, por la libertad de emprender el viaje que cada quien decida, que la libertad es un don y una responsabilidad a la que todos tenemos derecho, pero que no se obtiene con sólo desearla, que hay que emprenderla con todos los retos, tal como otros hicieron.

Aprovechando la libertad de expresar emociones, en este mes del padre quisiera hacer de este texto una ofrenda especial por la libertad masculina, por el derecho a la ternura, por el derecho a decidirse por el cuidado de los hijos (si lo quieren), por el derecho a sentir, por el derecho a elegir sus roles, por el derecho a hablar, por el derecho al amor por sobre la violencia, por el derecho a ser la persona que son  y no la impuesta. Y quiero agradecer también a los hombres y mujeres que nos han maternado y “paternado” que con su ejemplo, respeto y obsequios de vida han dado a mí y a otros la posibilidad de la consciencia, de no sólo poder existir, sino de poder ser cada vez más uno mismo y elegir nuestros caminos…

Y no puedo terminar sin decir que en la vida de un hijo, la ternura y cuidado de una madre es un don especial de la vida, pero del mismo valor incalculable es la experiencia de la ternura y el cuidado de un padre.

 

PSIC. ANT. ADRIANA MORFÍN

CONTACTO: libegalicia@hotmail.com  o contacto@vidaypsicologia.mx

 

 

 

 

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