INDICADORES DE UNA RELACIÓN DE PAREJA SANA Y PLENA: CINCO ÁREAS

INDICADORES DE SALUD Y PLENITUD EN LA PAREJA.

5 ÁREAS.

Lee los distintos enunciados y reflexiona si hallas esto en tu relación de pareja, si no, toma nota, pues tal vez sea necesario fortalecer ese aspecto.

ÁREA 1. AMISTAD.

  1. Ambos consideran IMPORTANTE al OTRO.
  2. SE ESCUCHAN mutuamente Y PUEDEN EXPRESAR sentimientos, pensamientos, deseos y aspiraciones en un clima de respeto.
  3. El tiempo que comparten ha alcanzado una dinámica donde SE INCLUYEN las costumbres y preferencias de AMBOS.
  4. Existe APOYO Y SOLIDARIDAD EN LOS PROYECTOS personales y de pareja.
  5. Se puede hablar de TEMAS DIFÍCILES Y DIFERENCIAS manteniendo el clima de respeto.
  6. Las diferencias y discusiones (comunes en toda relación humana) SE DIRIGEN A SOLUCIONES Y LA BÚSQUEDA DE PUNTOS EN COMÚN donde se favorezca a AMBOS, aunque implique que AMBOS cedan en algo.
  7. Los dos son capaces de RECONOCER Y RESPONSABILIZARSE de su parte en los problemas, aceptar errores y corregir su propia conducta.
  8. El CARIÑO Y LA BUENA INTENCIÓN hacia el otro y uno mismo, se mantiene antes, durante y después de los conflictos.
  9. Aun pasando tiempos de diferencia SIGUEN ENCONTRANDO PLACER Y ALEGRÍA EN EL TIEMPO que pasan JUNTOS.
  10. Hay un clima de APERTURA, CONFIANZA, FRANQUEZA, MADUREZ Y LEALTAD que puede calificarse como “ser muy buenos amigos”.

ÁREA 2. EXPRESIÓN AMOROSA

  1. SABEN QUE LA MANIFESTACIÓN DEL AMOR, no ESTÁ sólo en los “detalles románticos”, sino EN ACCIONES COTIDIANAS que permiten una vida de pareja rica y satisfactoria, sin embargo, SE APRECIAN LOS DETALLES AMOROSOS por su capacidad de mantener más visible el amor mutuo.
  2. Ambos sienten la libertad DE EXPRESAR su SENTIR hacia el otro y, en efecto, se expresa en palabras, notas, canciones, acercamientos, detalles, siempre a la manera particular de cada uno.
  3. En los avances afectivos (o muestras de cariño), siempre SE RESPETA LA VOLUNTAD DEL OTRO (siempre considero si el otro quiere seguir recibiendo mis manifestaciones o no).
  4. Cada uno se sabe el PRINCIPAL RESPONSABLE DE SU PROPIO BIENESTAR Y PLENITUD EMOCIONAL y no carga al otro de esta responsabilidad.
  5. Se puede HABLAR DE PREFERENCIAS Y DIFERENCIAS EN CUANTO A LOS DETALLES AMOROSOS Y ROMÁNTICOS en un clima de respeto.
  6. Se habla de las preferencias, pero NO SE EXIGE AL OTRO que SE MANIFIESTE A NUESTRA MANERA, sino que su forma de expresar afecto se sabe única, y se aprecia.
  7. Ambos tienen el suficiente autoconocimiento, respeto y flexibilidad para reconocer las expresiones afectuosas y románticas que se prefieren, las diferencias entre ambos, lo que se puede cambiar y ceder para coincidir y lo que no. SI SE LOGRA SENTIR SATISFACCIÓN CON LOS AJUSTES SE CONTINÚA LA RELACIÓN, si no, ambos se saben en libertad de concluir la relación.
  8. Ambos se saben queridos y amados CON EL AFECTO QUE RECIBEN.
  9. Ambos se sienten APRECIADOS CUANDO MANIFIESTAN CARIÑO Y AMOR.
  10. Han llegado a UN INTERCAMBIO AFECTIVO único, donde ambos pueden expresarse con libertad, sentirse apreciados y saben apreciar lo que reciben del otro. Saben bailar juntos su propia danza del romance.

ÁREA 3. INTIMIDAD SEXUAL

  1. Ambos sienten LA LIBERTAD Y LA VOLUNTAD de expresar los deseos sexuales.
  2. Cuando hay avances en el acercamiento físico, siempre SE RESPETA LA VOLUNTAD DEL OTRO, si el que se acerca se sabe bien recibido: avanza. Si no, se detiene.
  3. Ambos nos sentimos LIBRES DE ACEPTAR O DECIR NO sin que haya represalias.
  4. Cada uno se sabe y reconoce como el PRINCIPAL RESPONSABLE DE VERBALIZAR SUS DESEOS, Y DE ALCANZAR SU COMPLACENCIA SEXUAL. No cargamos al otro de esa responsabilidad.
  5. Puedo RECONOCER MIS PROPIOS DESEOS Y LOS DESEOS DEL OTRO COMO IMPORTANTES. No nos imponemos un único disfrute, intentamos conjugar el de ambos.
  6. Podemos HABLAR de nuestros gustos sexuales en un clima de respeto mutuo.
  7. Cuando tenemos diferentes deseos, EXPLORAMOS la realización del deseo del otro y el propio. Siempre CONSIDERANDO QUE AMBOS ESTEMOS DE ACUERDO Y CÓMODOS, procuramos llegar a acuerdos satisfactorios y respetuosos para ambos.
  8. Podemos ABORDAR LOS PROBLEMAS sexuales con confianza, resolverlos o solicitar ayuda profesional cuando no lo logramos.
  9. A pesar de las diferencias, los deseos mutuos se van conjugando de una manera que los encuentros sexuales siguen siendo UNA FUENTE DE PLACER PARA LOS DOS, que incluso se va enriqueciendo con el tiempo.
  10. Hemos alcanzado UN GRADO DE COMUNICACIÓN, RESPETO Y LIBERTAD tal que ambos nos sentimos cada vez más plenos y satisfechos, nos reconocemos como verdaderos COMPAÑEROS SEXUALES.

ÁREA 4. LIMITES EXTERIORES

  1. Ambos hemos llegado al conocimiento que: en la adultez, si he decidido una vida de pareja, MI PAREJA Y YO SOMOS AHORA MI FAMILIA.
  2. AMBOS HEMOS LOGRADO LA INDEPENDENCIA de apoyos, influencias y presiones respecto a nuestra familia de origen y amigos.
  3. Ambos somos capaces de dar PRIORIDAD Y UNA MAYOR LEALTAD A NUESTRA PAREJA que a nuestra familia de origen.
  4. Hemos madurado lo suficiente pare SER CAPACES DE PONER LÍMITES A LA FAMILIA DE ORIGEN O EL TRABAJO, cuando merman el tiempo de convivencia, son irrespetuosos o intrusivos en el vínculo y espacio de la pareja.
  5. PASAMOS MÁS TIEMPO EN PAREJA que con la familia de origen o los amigos.
  6. LAS OPINIONES que cuentan para tomar decisiones de pareja son las de pareja (los dos). Las otras opiniones pudieran a veces escucharse, pero pasan a segundo término.
  7. Tenemos PROYECTOS PERSONALES, PERO TAMBIÉN DE PAREJA que ambos alimentamos.
  8. RESPETAMOS LA IMPORTANCIA DE OTROS VÍNCULOS, incluso los alentamos, pues apreciamos que nuestra pareja sea apreciada.
  9. Ambos hemos logrado una dinámica de pareja satisfactoria que NO NECESITA LA INTERVENCIÓN o presencia de familiares, amigos, ni mucho menos hijos PARA SOSTENERSE.
  10. MI PAREJA Y YO NOS SENTIMOS Y ACTUAMOS COMO UNA FAMILIA, con solidaridad y tiempo para nosotros. Tenemos otras relaciones, amistades y familiares, pero hemos aprendido a darnos prioridad.

ÁREA 5. RESPONSABILIDADES Y VIDA COTIDIANA.

  1. Sabemos que las ACTIVIDADES DE LA VIDA COTIDIANA Y LA SATISFACCIÓN DE NECESIDADES materiales SON RESPONSABILIDAD DE AMBOS (por igual).
  2. AMBOS participamos en la preparación de alimentos, lavado de ropa, LIMPIEZA DE LA CASA, POR IGUAL, y si alguno de los dos no lo hace, es porque compensa con responsabilidad extra en otros aspectos (economía, crianza etc.)
  3. Ambos LABORAN POR IGUAL PARA MANTENER UNA ECONOMÍA que permita la alimentación, vestido, techo, salud, recreación, ahorro para el retiro, si alguno de los dos no lo hace es porque lo compensa con responsabilidad extra en otros aspectos.
  4. Si tienen hijos, AMBOS PARTICIPAN EN LAS LABORES DE CRIANZA por igual, incluso en época de amamantamiento (el varón no amamanta, pero cubre otros aspectos). Si alguno participa menos, lo compensa con apoyo extra en otras responsabilidades, sin embargo, no se aleja del vínculo con los hijos.
  5. Han logrado REPARTIR LA RESPONSABILIDAD del trabajo doméstico, el trabajo fuera de casa, y la crianza, de una forma que NINGUNO SE SIENTE MÁS CARGADO, se sienten mutuamente apoyados y respaldados.
  6. Ambos TIENEN OPINIÓN Y DECIDEN tanto en los asuntos económicos, como en la actividad doméstica y la crianza de los hijos.
  7. Mientras las actividades de la vida doméstica, laboral y de crianza se realicen permitiendo el bienestar indispensable y el reparto equitativo, AMBOS RESPETAN Y NO OBSTRUYEN LA LIBERTAD DEL OTRO de realizar A SU FORMA las tareas.
  8. TODAS LAS ACTIVIDADES, sean las que generan dinero, domésticas o de crianza, se consideran IGUALMENTE VALIOSAS.
  9. Si ambos cooperan equitativamente, NO SE USA EL PODER Y CONTROL SOBRE UNA ESFERA (económica, doméstica o de crianza) para atacar, menospreciar o manipular al otro, se sabe que tan importante es una aportación como la otra y lo que se genera entonces es logro de ambos.
  10. HAN LOGRADO UNA SOLIDARIDAD, RESPETO, LIBERTAD Y COLABORACIÓN TAN EQUITATIVA Y MUTUA frente a las exigencias materiales de la vida (economía, salud, higiene, alimentación, recreación, futuro, educación de los hijos etc.)  QUE LOS HACE SENTIRSE JUGADORES DEL MISMO BANDO, QUE no están solos, SON UN EQUIPO.

Estos indicadores ayudan a elaborar un primer balance sobre la relación de pareja, que permite identificar las áreas de trabajo. Si requieres asesoría, cuenta con nosotros.

Realizado por: Psic. Ant. Adriana Soledad Morfín López.

DE LA IDEA DEL AMOR A LA VIOLENCIA

La máquina de las canciones.

En el libro 1984, George Orwell, imagina un futuro gris en el cuál, quienes controlan, evitan que la gente pueda usar el libre pensamiento y lo hacen prohibiendo ciertas lecturas, actos espontáneos, así como algunas demostraciones afectivas que no fueran la lealtad al sistema. Sin embargo, debían darle salida a la emocionalidad humana y lo hacen mediante una máquina que compone canciones de amor, la letra de las canciones y otros escritos se limpiaba escrupulosamente, de manera que no contuviera ninguna incitación al pensamiento.

En nuestro contexto, la música pop que escuchamos parece haber salido de la máquina de canciones de Orwell, que recurren siempre al mismo tema: el amor, el enamoramiento y el desamor. Describiendo al amor como un sentimiento sin necesidad de la razón, sin pensamiento. Ninguna comprende el amor más allá del sentimentalismo. Se nos dicen cosas precisas a cerca de lo que es el amor, cosas que luego queremos mirar a fin de sentirnos o decirnos amados y amando. El mismo concepto del amor, termina empobrecido limitado a la fantasía de una escena romántica.

La mayoría de estas canciones suelen definir al amor como una emoción, una fuerte pasión o a lo mucho un sentimiento, lo cual nos quita de responsabilidades. Se puede entonces decir que se ama a alguien simplemente porque lo sentimos, sin importar los propios actos ni los tratos. Se puede actuar menospreciando, con indiferencia y hasta con violencia y aun así podemos declarar que amamos, y el otro cree, quiere creer o está condicionado a creer que es amado. Puede ser humillado, violentado, pero “amado”. El amor de las canciones no suele significar ser respetado ni bien tratado.

Los dichos milenarios nos cuentan que el amor es ciego, desgraciadamente suele entenderse también que quien ama no mira, sólo siente y no percibe nada más que eso, vea lo que vea, oiga lo que oiga, puede mantenerse ciego diciendo que es por amor. Y todavía más allá, la conocida canción dice: “el que ama no puede pensar”. Se nos repite una y otra vez la idea de un amor en el que está bien cerrar los ojos, está bien no pensar. Pareciera que se nos programa para bloquear nuestras propias percepciones.

Remata esa canción diciendo que el que ama todo lo da, que amar es sufrir, querer es gozar. Escuchamos así inocentes palabras como estas que legitiman que el amor pueda estar unido a la violencia, a la capacidad de algunos de violentar y de otros de aceptar ser violentados y proclamarse amados. Eso sin mencionar la contraposición que hace entre amar y querer como si el amar no fuera también un acto de voluntad, de querer. El que ama entonces acepta las condiciones de ese amor o esa relación pues está fuera de su voluntad detenerse o detener algo de esa relación cuando lo necesita.

Finalmente, de forma muy musical, se nos pinta una prioridad, el amor de pareja como lo indispensable, como lo máximo, como el hecho que nos lleva al culmen de la realización y de la felicidad, no hay otro tema posible en una canción, si esperamos felicidad está ahí y sólo ahí. Alienta vidas dependientes del amor de pareja, y del amor según como el que estamos describiendo, sin pensamiento, sin voluntad, sin actos, sólo un efímero pero fuerte y contraproducente sentir. Quizá termina siendo un buen catalizador que empuja todas las energías que cualquiera pueda tener para tener una vida mejor hacia el encuentro de alguien y nada más. En su lado más nocivo, enmascara a los violentos y las violencias como algo anhelado, inevitable y que se puede aceptar, por mucho que duela, porque “así es el amor”.

Si el amor implicara la realización ¿Puede dejarnos sin pensamiento, sin ojos, sin actos? Y más todavía ¿Debe incluir el sufrimiento como el factor principal? Claro está que ninguna relación humana íntima puede excluir el dolor, la ira, pero ¿Está bien si decimos que hay amor cuando la moneda constante es ese dolor, el pleito, la humillación o la violencia? O será más bien que nos enseñan y retroalimentamos la costumbre de sublimar las relaciones fusionadas violentas romantizándolas con el nombre “Amor”. Y esto ¿A quién favorece? ¿A quién perjudica? Aunque aplica a hombres mujeres etc. ¿No es un eco de los actos históricos de alienación de hombres y mujeres a las reglas del patriarcado?

No puedo dar un concepto del amor sin obedecer inevitablemente a una ideología que también puede cuestionarse. Pero, aun así, me arriesgo a plasmarla. Desde la experiencia Psicológica de la “clínica”, escuchando y escuchando el corazón humano, el amor pareciera el asunto más revolucionario en la vida individual y colectiva. Porque suele suceder en todos los niveles cerebrales, donde se dan los pensamientos, los sentimientos, los actos. Está presente en el enojo, en la tristeza, en la alegría, en el gozo, no se supedita a una emoción pasajera por muy fuerte que sea, porque compromete la vida. Nos pide ser lo mejor de lo que somos y por propia voluntad, no es fecundo en donde hay obligación, alienación o agresión ni faltas de respeto, exige la posibilidad de abrir puertas y marcar distancias para ser dos y ser uno. Y no es posible cuando sólo se ama a una pareja, implica la capacidad de amar la vida en sus distintas formas, una empatía por los otros como algo tan valioso y respetable tanto como lo es uno mismo. Y por donde quiera que se le mira, la violencia parece su antagonista, la bacteria potente que con aparecer un par de veces puede descomponerlo hasta destruirlo.

Visto de esta forma el amor no puede ser una escena donde el otro dice lo que queremos oír y que siempre termina con flores o canciones. Sino donde la persona que amamos puede ser ella misma, sin que le obliguemos a llenar nuestras exigencias (y viceversa), aclarando que el único límite siempre es el respeto del otro en sus aspectos físico, mental, social, económico etc.

Esto nos lleva a definir lo que implica el respeto en la pareja, pero eso abre otro tema. ¿Has puesto atención a la música que escuchas? ¿A qué tipo de amor te adoctrina?  ¿Te has dado cuenta que la mayoría de las canciones en México sólo hablan de este tema y cómo incluyen siempre la violencia (y no como crítica sino como algo normal)?

Si tienes dudas, googlea los top ten de música en México.

Ant. Psc. Soledad Morfín

AMOR DE PAREJA: DEL PARA SIEMPRE A “LO DESECHABLE”

 

Quizá te encuentres entre las generaciones que aprendieron lo que es hacer pareja entre dos enseñanzas, una que podemos llamar “la antigua” que nos dice que en una relación de pareja debe ser para siempre y que pase lo que pase se debe estar juntos hasta la muerte. La otra que podemos llamar “ moderna” nos dice que las relaciones deben durar mientras la pasemos bien hay quien las ha nombrado como relaciones desechables.

¿Sabías que ambas enseñanzas, si las tomamos a raja tabla, pueden acabar con el amor en la pareja? Te invito a reflexionar conmigo ambos modelos.

  1. PASE LO QUE PASE ESTAREMOS JUNTOS HASTA LA MUERTE.

Hablando de manera general, esta enseñanza acaba con el amor cuando asumimos que el otro siempre estará y deberá estar, haga lo que yo haga, diga lo que diga y  lo trate como lo trate. No siempre, pero podemos observar a nuestro rededor muchas parejas que se educaron de esta manera y que parecen creer que el amor es algo que ya está dado, no algo que se tenga que ganar o por lo que se tenga que trabajar o expresar diariamente, como si la permanencia de la pareja a nuestro lado se debiera obtener sin hacer nada más que haber comenzado una relación. Algunos llegan a extremos peligrosos, donde incluso cuando la relación se termina porque el otro no está conforme con el trato o simplemente no desea más una relación, lo consideran una gran traición y llegan a incurrir en hechos de acoso y hasta violencia. No existe para ellos la posibilidad de que una relación de pareja termine y suelen encontrar lógicas y pensamientos que alimenten y justifican ese principio y sus actuaciones.

Al apegarse DE ESTA FORMA a esta enseñanza, borramos algo imprescindible en el amor, que es la libertad de decisión de uno mismo y del otro, además que jamás caminamos hacia la posibilidad de aprender y crecer en la capacidad de amar y ser amados, de buscar ser amorosos con el otro. Se olvida que expresar amor no sólo implica palabras o sentimientos o haberlo dicho alguna vez en algún momento, sino que se requiere también de acciones diarias. Es como un lenguaje que implica distintos niveles de nuestro ser y que no nacimos sabiendo sino que vamos aprendiendo a hablar en el camino, ejerciéndolo diariamente.

2. SÓLO MIENTRAS NOS SINTAMOS BIEN

Si creemos que el amor de pareja es sólo una emoción que está presente únicamente cuando sentimos “bonito”, que si no se siente “bonito” ya no está, si creemos en el amor como una cosa puramente mágica que existe por sí sola independientemente de lo que hacemos o dejamos de hacer y que se va igual de mágicamente, cuando “decide” irse, el amor no “despega”, se mantiene siempre y nada más en un proyecto constante sin realización. Porque en las relaciones humanas más profundas siempre se llega al momento de sentirse incómodos con las diferencias que surgen, siempre se llega al punto  de tener que aceptar errores, de sentir enojo con uno mismo o el otro, de tener que emprender nuestro crecimiento, y si esto es algo que no queremos hacer, esa relación no se puede mantener gran tiempo, ni mucho menos sana y profunda ( si tu relación de pareja lleva meses o años SÓLO en momentos incómodos y difíciles, probablemente necesites apoyo para solucionar o evaluar dicha relación). Si creemos que el amor es algo que acaba cuando “ya no sentimos maripositas” o ya “no sentimos emoción cuando nos vemos”, quizá sabemos lo que es enamorarnos pero no amar.

Al entender el amor de pareja de esta manera, no cabe la posibilidad de encontrar soluciones o de abrirse a los caminos inexplorados, no es necesario comprometer el pensamiento para buscar coincidencias o respetar diferencias, ni la fortaleza y disciplina para crecer personalmente y compartir, o la voluntad para hacer cosas a favor del amor e incluso de nosotros mismos. Poco puede durar una relación en ese estado de comodidad en el que no nos cuestione, pregunte o pida algo. El amor y las relaciones estrechas con otros, siempre nos llevan a cuestionarnos cosas importantes de nosotros mismos, a pedirnos movimientos, cambios, crecimiento.

Si vas siguiendo estas ideas, quizá te preguntas cosas, quizá te vas dando cuenta que el amor es un asunto complejo. Hay que aceptar que, para empezar, no cualquier relación puede durar para siempre y “está bien”, (en otros artículos hemos hablado de algunas razones por las que inevitablemente algunas relaciones terminan: incompatibilidad de caracteres, de proyectos, por decisión, o por implicación de la violencia y la agresión) pero la durabilidad de una relación, en el mejor de los casos (y si acaso eso fuera lo más importante), depende de la calidad y de la presencia del amor. Pero hasta ahora hemos visto que el amor no es UNA emoción, no es UN sentimiento, no es UNA decisión, no es UN pensamiento, no ES crecimiento personal, no ES crecimiento conjunto, no es UNA búsqueda de coincidencias, no ES aprecio y respeto por el otro, no ES respeto por la diferencia, no ES disciplina, no ES apertura, no ES intimidad, no ES capacidad de solucionar, no ES darnos un lugar digno, no ES darle un lugar digno al otro, NO ES SÓLO ALGUNA de esas cosas sino todas esas cosas juntas y más y quien no esté dispuesto a ello durará poco en cualquier relación o mucho quizá, pero sin amor.

Antes que cualquier otra cosa, recuerda que el amor es un acto puro de la libertad personal. Nada a que podamos forzar al otro, pero si algo a lo que podemos decidir entrar y que podemos desarrollar dentro de nosotros mismos. Y en el caso del amor de pareja, sucede que a veces encuentra justa “resonancia en otro”, en otro que también en libertad quiere amar y decide amarnos, no por obligación o derecho sino por obsequio y tan digno es el amor respetuoso que recibimos, como el afecto y amor que libremente expresamos a los otros. Aun cuando no sea correspondido, amar a otro es un obsequio digno y apreciable. Es un ejercicio que si se combina con el amor a uno mismo nos genera plenitud y nos acerca a relaciones de pareja más plenas y mejor correspondidas.  El amor de pareja es un camino al que no cualquiera puede acceder, porque el primer requisito es comprometer lo mejor de nosotros mismos y  más, para aprender de qué maneras amamos. También es requisito tener en mente la posibilidad del adiós, no como una amenaza sino como algo que fortalece y hace más bello el obsequio mutuo que es la decisión diaria de uno y del otro de amarse.

Si quieres saber más de este tema, te recomendamos leer el libro “El arte de amar” de Erich Froom, editorial Paidós o seguir nuestros artículos relacionados. Si requieres terapia de pareja o acompañamiento en este tema, comunícate con nosotros.

Psic. Ant. Adriana Morfín.

NAVIDAD ¿CON TU FAMILIA O CON LA MÍA?

Esta es una de las disyuntivas navideñas que más problemas causa, es muy común que en estas fechas, antes de decidir a dónde ir o al regreso, la pareja termine discutiendo. En el caso de nuestro país el motivo es que las familias extensas (tíos, hermanos, padres, primos) son sumamente importantes. Decidir cómo, dónde y cómo pasar la Navidad es a menudo un proceso de negociación donde la reunión con las familias de origen está en el centro de las discusiones. Algunas parejas logran resolver bien y para la posteridad esta disyuntiva, pero en otras es el motivo anual de conflicto. A continuación, enumero los principales errores que dificultan el acuerdo.

  1. Considerar que MI familia son mis padres, hermanos, primos, tíos, abuelos y que la pareja pasa a segundo término en estas festividades.
  2. Considerar que, si mi familia extensa no es importante para mí, para el otro su familia extensa tampoco debe serlo.
  3. Considerar que MI familia es más importante que la suya.
  4. Considerar que la familia importante es la familia de la línea materna, que la de él casi no importa.
  5. No poner límites a la presión de padres, hermanos, tíos o primos que quieren decidir por la pareja.
  6. No definir una manera de respeto y consideración mutua sobre el cómo vivir y entender las festividades.

Con lo anterior, quizá pudiste ver que las celebraciones importantes como esta, ponen a prueba la consolidación y capacidades de acuerdo de la pareja, su capacidad para establecer límites respecto al exterior, de conformar un nosotros adecuado donde quepan y sean respetadas las prioridades, necesidades e intereses de ambos. Y no es tarea sencilla, pero seguir los siguientes puntos puede facilitarlo.

  1. Preguntarnos qué queremos, decirlo claramente y preguntar qué quiere el otro.
  2. Dar la misma importancia a lo que queremos que a lo que manifiesta querer la pareja.
  3. Buscar, en pareja, una manera de dar satisfacción a los deseos de uno y de otro.
  4. Encargarse de poner uno mismo los límites con la familia sanguínea, los límites con la familia política los pone el otro.
  5. Respetar en lo posible las decisiones del otro con respecto a su familia sanguínea.
  6. Si es posible iniciar celebraciones propias, donde los tiempos, las normas y las formas se establecen en pareja.

Finalmente recuerda que es Navidad, una fecha de amor, donde poner en orden las prioridades, respetar y considerar al otro, es un mensaje muy oportuno que puede expresar el amor y la relevancia de tu pareja en tu vida.

Si existen problemas más profundos que no pueden resolverse con estas aportaciones, solicita apoyo, contáctanos, tenemos terapeutas capacitados en facilitar la comunicación y resolución de conflictos en la pareja.

Deseándote una feliz y amorosa Navidad:

Lic. Ant.  Adriana Morfín

MI PAREJA ¿LA EXPRESIÓN DE MI INTERIOR?

Quizá has tenido la oportunidad de escuchar que alguna persona, a pesar de sufrir en su relación de pareja, por alguna razón desconocida no puede terminarla, quizá tu mismo estás en esa situación.

 

Existen muchos motivos por los cuales esto sucede, pero el más común es que la pareja que elegimos esté muy relacionada con lo que nosotros pensamos, creemos y sentimos a cerca de nosotros mismos y con los compromisos conscientes e inconscientes que hemos hecho sobre nuestra propia vida. Lo que creemos merecer o lo que nos hayamos comprometido a merecer, lo expresamos en lo que elegimos y a los que elegimos.

 

Vamos a poner un ejemplo: imagina a una persona que inconscientemente está a favor del maltrato, o que lo ha vivido de tantas maneras y desde tanto tiempo que ni siquiera lo percibe como maltrato. Esta persona puede ver las primeras señales de violencia en una relación sin considerarlas amenaza y ni siquiera algo importante. Deja seguir la relación y le puede causar suficiente dolor, pero nada de eso resulta, interiormente, suficiente motivo para terminarla, porque en ese interior el maltrato hacia su persona es algo permitido.

 

Por eso, cuando una persona mejora su relación consigo misma, cuando se va conociendo y entendiendo lo que ocurre en su interior, considerando los aspectos más positivos, pero también aquellos más problemáticos u oscuros, cuando es consciente de ellos y restablece los compromisos de buen trato y de amor propio, es impresionante el poder ver como las relaciones a su rededor van mejorando y haciéndose más plenas y satisfactorias.

 

Lograrlo no es algo sencillo, porque no es común que se nos enseñe a ser conscientes de la manera en que nos vemos o lo que sentimos hacia nosotros mismos. Pero no es difícil adivinar, porque es muy común que la manera en que fuimos tratados por las personas más importantes al inicio de nuestra vida, sea la manera en que nos tratamos interiormente.

 

No somos tabla rasa sobre la que los demás escriben la manera en que debemos tratarnos y nosotros solamente lo seguimos sin que tengamos ninguna intervención. Nuestros ojos, nuestras motivaciones intervienen en nuestra experiencia al relacionarnos con los demás. Por ello, aunque la fuerza de las primeras experiencias pueda ser muy grande, la fuerza de nuestro ser, de nuestro pensamiento y voluntad para cambiar esas experiencias, para poner nuevas reglas y formas al tratarnos, sobre todo reglas más respetuosas y amorosas puede ser mucho más fuerte. El apoyo de un terapeuta puede facilitar estos cambios.

 

La manera digna en que nos tratamos puede avisarnos y alertarnos de los maltratos afuera. Y este es sólo un ejemplo y una de las maneras en que las relaciones que establecemos con otros semejan o proyectan las maneras en que nos relacionamos con nosotros mismos.

Psic. Adriana Morfín.

 

Si te interesa seguir trabajando sobre este tema conoce nuestro taller Amor y autoestima , si requieres de acompañamiento psicológico contáctate con nosotros y no dejes de seguir nuestros próximos artículos sobre la vida en pareja.

LOS 5 RETOS PARA LOGRAR UNA BUENA RELACIÓN DE PAREJA

  1. DISPOSICIÓN

A veces creemos que realmente estamos interesados en tener una buena relación de pareja, pero dentro de nosotros podemos llevar fantasmas, compromisos y miedos que nos impiden ver las posibilidades que se presentan frente a nosotros o tomar actitudes necesarias para alcanzar ese ideal. Los fantasmas y temores pueden ser diversos, desde nuestras propias experiencias en otras relaciones, hasta las relaciones de pareja que observamos a nuestro rededor. Si estamos en una relación diferente a la que decimos querer, algunas veces es porque en el fondo es esa la relación que buscamos o dudamos que la relación ideal sea posible. Por eso es importante revisar nuestro interior, trabajar para sacar fantasmas y destinos auto-impuestos. La disposición significa también, que se tenga un espacio en nuestra vida para aquello que buscamos y apertura para encontrarlo. Si siempre repites la misma relación de pareja, quizá convenga convivir con gente distinta a la que generalmente aceptas en tu vida o iniciar un proceso psicológico de auto-exploración.

  1. DAR PRIORIDAD A NUESTRO SENTIR ANTES QUE A LA IMAGEN

Un error común a la hora de iniciar una relación de pareja es elegir pensando en lo que se vería bien ante los amigos o la familia, dejando de lado nuestro propio sentir. Sentirnos bien, bien tratados, apreciados, valorados, respetados, no sólo es una característica común del amor, sino que también es uno de los mejores indicadores de que podemos estar iniciando o teniendo una buena relación de pareja.

 

  1. TENER MÁS INTERÉS EN AMAR QUE EN EL PODER Y GANAR

Muchas relaciones se distorsionan y empobrecen cuando, en las diferencias, preferimos ganar (tener la razón), antes que llegar a acuerdos. Querer “ganar las discusiones” es la trampa más usual en que caen los que dicen desear una buena relación de pareja, pues terminan deseando más el poder sobre el otro que el amor con el otro. Si bien, las diferencias y las discusiones son parte de cualquier relación humana, saber respetar las diferencias y ser capaz de ceder (lo dignamente posible) para tener acuerdos en común, son requisitos imprescindibles en el amor, más importantes que el deseo del “poder y ganar”.

  1. TÚ, YO, NOSOTROS

Esta es la parte más importante y complicada del amor. Distinguir y permitir la existencia de un TÚ, un YO y un NOSOTROS, requiere equilibrio y madurez para:

  1. Ser responsable de uno mismo y hallar felicidad por uno mismo antes que exigirle al otro. Este paso implica también ser capaz de conservar autonomía, seguir creciendo y teniendo aspiraciones y proyectos propios ( YO);
  2. Permitir, motivar, apoyar y hasta apreciar que el otro tenga espacios para crecer, desarrollarse y sentirse pleno aún fuera de la relación de pareja (TÚ).
  3. Tener claridad respecto a cuáles son las cosas que no decide sólo uno, sino que se deciden entre dos, aquellas en que no se puede dejar fuera la opinión del otro ni la propia, donde incluso puede NO importar la opinión de nadie más. Si se comparte la vida, es usual que existan proyectos en común. Esto indica el interés y el lugar que el otro tiene en nuestra vida y viceversa, es poder construir un mundo donde cuentan dos (el NOSOTROS).

 

  1. TENER ALMA DE APRENDIZ Y DE VALIENTE

Muchas personas añoran aquellos tiempos donde “las parejas eran para siempre”, sin embargo, el amor se beneficia cuando existe la posibilidad de terminar, pues esa condición nos hace esforzarnos, crecer y mejorar nuestra propia persona y trato a los demás. Aún en las mejores condiciones, puede ocurrir que una relación de pareja no pueda continuar. Si amamos, habrá dolor en la ruptura, pero más allá de obsesionarnos con evitar el dolor o mantener una relación insostenible, quizá más bien es momento de “aferrarnos a aprender”, a encontrar “lo que falló”, entender lo que sucedió, en lo que podemos mejorar, aprovechar la enseñanza para aprender a amar. Si de todas formas hay dolor en la pérdida, intenta sacarle el mayor jugo posible y pronto aquel dolor hallará sentido pues se lo darás tú con lo que aprendas y con lo que crezcas. Nadie quiere decirlo, pero debemos saber que, establecer una buena relación de pareja, pocas veces resulta al primer intento, lo común es que se requiera de varias experiencias para aprender a elegir y a amar, por eso es un logro que sólo pueden obtener los valientes y persistentes.

 

PSC. ANT. Adriana Morfín

Si te interesa iniciar un proceso terapéutico sobre alguno de los puntos que has leído, comunícate con nosotros, contamos con terapeutas capacitados en temas de pareja que poden acompañarte.

 

 

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