DE LA IDEA DEL AMOR A LA VIOLENCIA

La máquina de las canciones.

En el libro 1984, George Orwell, imagina un futuro gris en el cuál, quienes controlan, evitan que la gente pueda usar el libre pensamiento y lo hacen prohibiendo ciertas lecturas, actos espontáneos, así como algunas demostraciones afectivas que no fueran la lealtad al sistema. Sin embargo, debían darle salida a la emocionalidad humana y lo hacen mediante una máquina que compone canciones de amor, la letra de las canciones y otros escritos se limpiaba escrupulosamente, de manera que no contuviera ninguna incitación al pensamiento.

En nuestro contexto, la música pop que escuchamos parece haber salido de la máquina de canciones de Orwell, que recurren siempre al mismo tema: el amor, el enamoramiento y el desamor. Describiendo al amor como un sentimiento sin necesidad de la razón, sin pensamiento. Ninguna comprende el amor más allá del sentimentalismo. Se nos dicen cosas precisas a cerca de lo que es el amor, cosas que luego queremos mirar a fin de sentirnos o decirnos amados y amando. El mismo concepto del amor, termina empobrecido limitado a la fantasía de una escena romántica.

La mayoría de estas canciones suelen definir al amor como una emoción, una fuerte pasión o a lo mucho un sentimiento, lo cual nos quita de responsabilidades. Se puede entonces decir que se ama a alguien simplemente porque lo sentimos, sin importar los propios actos ni los tratos. Se puede actuar menospreciando, con indiferencia y hasta con violencia y aun así podemos declarar que amamos, y el otro cree, quiere creer o está condicionado a creer que es amado. Puede ser humillado, violentado, pero “amado”. El amor de las canciones no suele significar ser respetado ni bien tratado.

Los dichos milenarios nos cuentan que el amor es ciego, desgraciadamente suele entenderse también que quien ama no mira, sólo siente y no percibe nada más que eso, vea lo que vea, oiga lo que oiga, puede mantenerse ciego diciendo que es por amor. Y todavía más allá, la conocida canción dice: “el que ama no puede pensar”. Se nos repite una y otra vez la idea de un amor en el que está bien cerrar los ojos, está bien no pensar. Pareciera que se nos programa para bloquear nuestras propias percepciones.

Remata esa canción diciendo que el que ama todo lo da, que amar es sufrir, querer es gozar. Escuchamos así inocentes palabras como estas que legitiman que el amor pueda estar unido a la violencia, a la capacidad de algunos de violentar y de otros de aceptar ser violentados y proclamarse amados. Eso sin mencionar la contraposición que hace entre amar y querer como si el amar no fuera también un acto de voluntad, de querer. El que ama entonces acepta las condiciones de ese amor o esa relación pues está fuera de su voluntad detenerse o detener algo de esa relación cuando lo necesita.

Finalmente, de forma muy musical, se nos pinta una prioridad, el amor de pareja como lo indispensable, como lo máximo, como el hecho que nos lleva al culmen de la realización y de la felicidad, no hay otro tema posible en una canción, si esperamos felicidad está ahí y sólo ahí. Alienta vidas dependientes del amor de pareja, y del amor según como el que estamos describiendo, sin pensamiento, sin voluntad, sin actos, sólo un efímero pero fuerte y contraproducente sentir. Quizá termina siendo un buen catalizador que empuja todas las energías que cualquiera pueda tener para tener una vida mejor hacia el encuentro de alguien y nada más. En su lado más nocivo, enmascara a los violentos y las violencias como algo anhelado, inevitable y que se puede aceptar, por mucho que duela, porque “así es el amor”.

Si el amor implicara la realización ¿Puede dejarnos sin pensamiento, sin ojos, sin actos? Y más todavía ¿Debe incluir el sufrimiento como el factor principal? Claro está que ninguna relación humana íntima puede excluir el dolor, la ira, pero ¿Está bien si decimos que hay amor cuando la moneda constante es ese dolor, el pleito, la humillación o la violencia? O será más bien que nos enseñan y retroalimentamos la costumbre de sublimar las relaciones fusionadas violentas romantizándolas con el nombre “Amor”. Y esto ¿A quién favorece? ¿A quién perjudica? Aunque aplica a hombres mujeres etc. ¿No es un eco de los actos históricos de alienación de hombres y mujeres a las reglas del patriarcado?

No puedo dar un concepto del amor sin obedecer inevitablemente a una ideología que también puede cuestionarse. Pero, aun así, me arriesgo a plasmarla. Desde la experiencia Psicológica de la “clínica”, escuchando y escuchando el corazón humano, el amor pareciera el asunto más revolucionario en la vida individual y colectiva. Porque suele suceder en todos los niveles cerebrales, donde se dan los pensamientos, los sentimientos, los actos. Está presente en el enojo, en la tristeza, en la alegría, en el gozo, no se supedita a una emoción pasajera por muy fuerte que sea, porque compromete la vida. Nos pide ser lo mejor de lo que somos y por propia voluntad, no es fecundo en donde hay obligación, alienación o agresión ni faltas de respeto, exige la posibilidad de abrir puertas y marcar distancias para ser dos y ser uno. Y no es posible cuando sólo se ama a una pareja, implica la capacidad de amar la vida en sus distintas formas, una empatía por los otros como algo tan valioso y respetable tanto como lo es uno mismo. Y por donde quiera que se le mira, la violencia parece su antagonista, la bacteria potente que con aparecer un par de veces puede descomponerlo hasta destruirlo.

Visto de esta forma el amor no puede ser una escena donde el otro dice lo que queremos oír y que siempre termina con flores o canciones. Sino donde la persona que amamos puede ser ella misma, sin que le obliguemos a llenar nuestras exigencias (y viceversa), aclarando que el único límite siempre es el respeto del otro en sus aspectos físico, mental, social, económico etc.

Esto nos lleva a definir lo que implica el respeto en la pareja, pero eso abre otro tema. ¿Has puesto atención a la música que escuchas? ¿A qué tipo de amor te adoctrina?  ¿Te has dado cuenta que la mayoría de las canciones en México sólo hablan de este tema y cómo incluyen siempre la violencia (y no como crítica sino como algo normal)?

Si tienes dudas, googlea los top ten de música en México.

Ant. Psc. Soledad Morfín

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