DIVORCIARSE SIN LASTIMAR A LOS NIÑOS

EL PROBLEMA NO ES TANTO EL DIVORCIO COMO LA GUERRA   

El divorcio es difícil para los niños e inevitablemente va a doler, pero es algo superable. Cuando los padres se divorcian el niño puede experimentar mucha tristeza e incertidumbre, sentimientos normales por vivir un momento de separación en su familia, y se le puede ayudar a superarlos con relativa facilidad. Pero ser testigo de las guerras sin fin de sus padres sea juntos o separados, rebasa por completo sus herramientas mentales y emocionales, produce altas dosis de dolor, impotencia, angustia, ansiedad y culpa, que perjudican su desarrollo emocional, además de que pueden dejarlo enredado en conflictos que obstaculizan su crecimiento.

Algunas personas son capaces de terminar una relación de forma pacífica. Pero lo más probable es que las parejas conflictivas sigan en guerra aún separadas. Si además tienen hijos en común, es difícil que sus pleitos respeten la integridad del niño. Las parejas más conflictivas suelen usar incluso a los hijos como materia de pleito. Son parejas trenzadas en guerras sin fin, donde el niño utilizado sale perdiendo más que nadie. A veces, en esa guerra, el hijo termina perdiendo a ambos padres.

Si estás dentro o saliendo de una relación conflictiva y te interesa reducir dolores a los niños, te recomendamos lo siguiente:

  • Evita usarlo de teléfono: Mandar que lleve y traiga mensajes sobre asuntos delicados que necesitas informar a tu ex-pareja, es cargar al niño de una tensión constante e innecesaria. Tu hijo es persona, siente, los problemas tienen una carga de estrés y angustia que el niño soporta al pasar tus mensajes. El niño no está preparado para entrar en las complicaciones de la vida de pareja. Si necesitas tratar asuntos delicados, busca un mejor intermediario.

 

  • No te descargues hablándole mal del otro: Ante la frustración y el enojo de la separación, podemos tener el impulso de gritar a los cuatro vientos los errores del otro, incluso recitarlos frente a los hijos. Esto puede calmarte momentáneamente, pero generar heridas emocionales en el niño difíciles de sanar. Tu pareja podrá ser desagradable para ti, incluso podría parecer que es desagradable para el propio niño, pero aún así, es su padre o madre, es probable que lo ame y lo necesite, y por ello le lastimen tus palabras.

 

  • No le preguntes al niños sobre tus decisiones como pareja: Un niño no tiene la capacidad de comprender y menos de saber cómo arreglar una relación de adultos, mucho menos puede cargar con el peso de decidir situaciones tan complicadas. Si necesitas un consejo, elige a un adulto, un amigo, familiar o terapeuta, no tu hijo. La ansiedad que experimentas puede ser fuerte, pero si dejas el peso de las decisiones en tu relación conflictiva sobre tu hijo, su angustia será muchas veces mayor a la que tu experimentas.

 

  • Evita tenerlo en el terreno de la guerra: Puedes estar en una guerra encarnizada, pero aún así, por cariño a tus hijos, puedes escoger el terreno. No permitas que el espacio de tu hijo esté invadido por el conflicto. Guardar sin guerra los espacios donde está el niño,  significa respetar su derecho a crecer en paz.  Recuerda que tus problemas con tu pareja son problemas con tu pareja no de tus hijos.

 

  • Atender SU duelo: Tú te estás separando y una separación duele. Para el niño se está separando su familia, lo más importante, su mundo. Recuerda elegir momentos, cuando tu mismo estés tranquilo, para preguntarle cómo se siente, escucha y consuela lo más que puedas. Lo común es que los niños tengan miedo de que su propia relación con sus padres se rompa, que sientan culpa de haber hecho algo para ocasionar ese rompimiento. Un buen psicólogo puede apoyarte o apoyar a tu hijo en este proceso.

 

  • Atender TU propio duelo:  La separación, por más buena decisión que sea, puede ser dolorosa y confusa, no dudes en acercarte a un terapeuta, o mínimamente rodearte de amigos y familiares que realmente puedan apoyarte en esta situación. Descargar tus propios sentimientos con adultos que puedan escuchar, con los que puedas reflexionar sobre tus decisiones, puede reducir tu angustia y permitirte tranquilidad para atender a tus hijos.

 

  • Salvar los momentos de paz: a pesar de todo y con todo tu esfuerzo, procura momentos en que hagas a un lado tus grandes problemas de pareja para dedicarte únicamente a ser padre o madre. Intenta que el niño tenga momentos de sana convivencia y de juego. Ese sencillo acto puede confortarlo, apaciguar sus miedos y darle certidumbre. Si además eres capaz de respetar y permitir los momentos en que el niño convive en paz con su padre o madre, el trance de la separación se vuelve menos duro.

 

  • Mantén una agenda: Es importante que el niño pueda hablar sobre lo que sucede, y que se le apoye a comprender, eso ayudará a procesar de mejor manera la separación. Pero mientras tanto puede experimentar mucha incertidumbre. Establecer una agenda y seguirla, es una manera sencilla de que el niño tenga la certeza de lo que sigue, al menos en los aspectos más indispensables de la existencia. Trata de respetar los horarios de comida, de tareas sueño, pero sobre todo los momentos que pasará contigo. Esto puede reducir la ansiedad de los cambios.

 

  • La sanación de la separación: en este proceso de separación hay un mensaje que sanará a tu hijo de los dolores del rompimiento, es el mensaje de que cuenta contigo siempre, que pase lo que pase tú estarás para él, que las relaciones de pareja pueden romperse, pero es muy difícil que se rompa el vínculo y el amor que le tienes. Ayúdale a saber que la separación fue cosa de pareja, nada que tuviera que ver con él. Este mensaje no sólo debe decirse con palabras sino con actos, el mismo hecho seguir estos consejos por proteger a tu hijo, es una señal de que tu cariño por tus hijos va más allá de lo que sucede en tu vida de pareja.

 

Finalmente recuerda que la ruptura de una relación que no funciona, generalmente ocasionará dolor, eso no lo podrás evitar, son situaciones de la vida. Pero poner el cariño hacia el niño por encima de la guerra, es una muestra de amor que le ahorrará al niño mucho sufrimiento.

 

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