LA FAMILIA ANTE TODO.

LA FAMILIA ANTE TODO

En nuestra cultura solemos adjudicar a la palabra FAMILIA muchos significados. Comúnmente, se entiende por familia el grupo que comparte lazos de parentesco, y que este simple hecho automáticamente genera una serie de compromisos y valores de unos para con los otros que, en algunos casos, ni siquiera se vale poner en duda. Para muestra hay dichos clásicos que seguro has escuchado:

  • Nadie te amará como tu madre.
  • Nadie estará ahí cuando más lo necesites como tu familia.

Algunas son simples frases que significan algo mucho más allá de lo que se pronuncia. Se dice, por ejemplo:

  • “Debes respetar a tus padres”; y en algunas relaciones eso significa no expresar diferencias, obedecer, callar, o decir sí a toda clase de solicitudes de parte de estos, incluso sin cuestionar el rol que esos padres tuvieron en la propia vida.
  • “La familia debe ayudarse; y en algunos familias eso significa decir sí a toda solicitud de apoyo, o dejar de hacer cosas por uno mismo cobijado en el apoyo seguro de la familia, o por ir al rescate constate de algún miembro, generando situaciones de dependencia y abuso, o cómo mínimo, dinámicas poco sanas para todos.
  • “Los padres siempre serán padres”; y eso significa incluso “el deber ineludible” de esos padres de sostener en alguna forma a sus hijos adultos, o de que los hijos, aún adultos deben escuchar y obedecer intromisiones constantes de sus padres en la propia vida.

   Entonces:

  • ¿Qué pasa cuando la familia falla en su misión de colaborar en el crecimiento de sus miembros?
  • ¿Qué pasa cuando una madre “no ama” a sus hijos?
  • ¿Qué pasa cuando los parientes no “tienen amor” para nosotros?
  • ¿Qué pasa si la familia sanguínea está organizada para enfermar y para no permitir el desarrollo ni la felicidad de sus miembros?
  • ¿Será la familia “LA UNICA” fuente de amor y apoyo MUTUO?
  • ¿Será el parentesco lo único que define a alguien como NUESTRA FAMILIA?

Repetir esos dichos (y muchos otros) dando por realidad esos valores, sin pensarlos, sin preguntarnos si ocurren en nuestra experiencia, o su utilidad, es el inicio de muchas dificultades que pueden volverse eternas, incluso pueden generarnos enfermedades como la ansiedad, la depresión, la dependencia; incluso enfermedades físicas causadas por agotamiento, estrés y la frustración crónica que deja la confusión entre esos “valores” y la realidad.

    Vienen LAS FIESTAS NAVIDEÑAS, en las cuales los preceptos familiares y las preguntas internas empiezan a sonar todavía más que el resto del año, generando dolor o confusión, cuando no hemos reflexionado sobre la utilidad, veracidad, y posibilidad de muchos preceptos familiares ahí, en lo particular de nuestras propias vidas.

Si algo de este artículo “te checa”. Hay opciones: integrarse a nuevos grupos y establecer relaciones donde el respeto y la mutualidad, sean clave, puede darnos nuevas experiencias de familia. Extender tus redes de apoyo, participar en otras redes con dinámicas más saludables a las que tú mismo te comprometas, puede abrirte mejores horizontes de vida.

    Si consideras el apoyo profesional, la Psicoterapia Familiar Sistémica, es esa opción de la psicología, donde la sana convivencia o el establecimiento de mejores relaciones, es un objetivo clave, donde sabemos que entre humanos el respeto, la solidaridad y el amor son actos importantes de salud y desarrollo, y que, para lograrlos hay que trabajar y educarnos constantemente.

      Alguien bien preparado en Psicoterapia Familiar Sistémica, puede acompañarte para encontrar tu lugar de pertenencia.

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EL CONTROL DE LA IRA: 8 ERRORES, 8 RECOMENDACIONES

En teoría todos los sentimientos humanos tienen una utilidad, son un primer contacto con el mundo, el más primitivo y más profundo que podemos experimentar. Podemos imaginar nuestro sistema emocional como un centinela, que observa  el mundo y nos mandan señales leves o poderosas que actúan en todo nuestro cuerpo sólo para informarnos cuando surge algo importante. Detectan las amenazas y las oportunidades para la vida al primer contacto, y nos predisponen a una respuesta que, idealmente, nos posicione mejor ante las disyuntivas propias de la existencia y de la vida.

Las experiencias que tenemos, cuanto más cargadas de emociones las vivimos, se archivan mucho mejor en la memoria y quedan más disponibles para revivirlas en situaciones similares a la menor provocación. Esta memoria emocional es en principio resabio de una genética general, una herencia humana que recibimos en cuanto se forma nuestro sistema nervioso, que , por ejemplo; nos hace correr o paralizarnos cuando sentimos un peligro inminente. Pero pronto se vuelve una configuración muy personal, única e irrepetible. El olor a algún perfume, para alguna persona significó cariño y calor; en otra persona, el mismo perfume significo una situación de desagrado, y puede que eso mismo sientan cada que vuelvan a olerlo. Esta carga emotiva da un contexto de significaciones para actuar que es único en cada ser humano. Todo esto es un mecanismo tan avanzado y complejo que, ni lo más novedoso de la inteligencia artificial, ha podido imitar.

 

LOS PATITOS FEOS

Sin embargo, en nuestra cultura hay patitos feos de los sentimientos, esos sentimientos que se consideran inapropiados e incluso que se debe intentar evitarlos.  Estos son el enojo, la tristeza y el miedo, y toda la gama leve e intensa que se desprende de ellos. Aquí partimos de la idea de que los tres son imprescindibles en la experiencia humana. Pero hoy nos centraremos en el enojo y en la gama más fuerte de esta paleta emocional a la que llamamos: ira.

 

OBJETIVO: LA DEFENSA.

El enojo en el ser humano tiene el objetivo indispensable de contrarrestar amenazas, de oponerse o destruir lo que se considera nocivo. Es una activación que viene EN DEFENSA DE LA EXISTENCIA, DE LA CALIDAD DE VIDA o DE LA DIGNIDAD, por esto se considera un elemento indispensable para sobrevivir en el mundo. Cuando actúa coordinada por LA CONSCIENCIA Y EL PENSAMIENTO puede proporcionarnos una vida digna, evitar u oponerse a relaciones donde el respeto y la integridad de uno mismo están en riesgo. El enojo entonces tiene bondades que ofrecernos, nos empuja a hacer cierres, poner finales o hasta luchar contra lo que atenta nuestra dignidad o existencia, es parte importante de la fuerza vital luchando por ser, fuerza de la que la propia naturaleza nos dotó y a la que todo ser viviente tiene derecho.

ESTAR PROHIBIDOS AL ENOJO, LA IRA, LA RABIA, SENTIR CÓLERA, O FURIA, ES COMO DEJAR A UN CUERPO, O A UN EQUIPO SIN DEFENSAS, una casa sin puertas, convertirnos sólo en seres inertes sin resistencia a nada, nadie podría sobrevivir por mucho tiempo sin acceso a estos sentimientos.

COSTUMBRES QUE IMPIDEN MANEJAR ADECUADAMENTE LA IRA

1. POHIBIR EL ENOJO.

Desconozco aún la causa de esto, pero si he observado claramente que LOS SENTIMIENTOS SON COMO LA MATERIA: NO SE CREAN NI SE DESTRUYEN SÓLO SE TRANSFORMAN. La prohibición de sentir enojo multiplica el enojo. Es como el centinela nos gritara que viene un ejército y nosotros no atendiéramos la llamada, el llamará más fuerte, gritará, tocará campanas, encenderá antorchas, y lo que era enojo se convierte en ira, frustración, miedo o dolor. No atender lo que nuestros centinelas están detectando como amenaza, sólo aumenta la sensación de peligro, ante la sensación de indefensión las alarmas van creciendo. Luego, las emociones tienen la particularidad de actuar en conjunto, si es un enojo, se suma a otros pequeños y grandes enojos hasta volverse una masa más difícil de entender, diferenciar y atender. Alguien debe abrir la ventana evaluar el peligro. planificar la actuación adecuada, y ejercerla, decirle al centinela que se atiende el llamado.

En nuestra cultura todavía hay familias donde a las niñas se les va prohibiendo el enojo, la ira, la rabia. Como consecuencia de esto, no pueden aprender a manejar consciente y libremente su propia defensa. Siendo un ser humano, es imposible que erradique el enojo que es parte de su fuerza vital, entonces debe hallar maneras muy complicadas de maniobrar con él, de expresarlo “sin expresar”, de sentirlo “sin sentir”.

La utilidad del enojo, o el “encabronamiento”, depende de que aprendamos a convertirlo en herramienta y no en obstáculo. Suelo hacer una pregunta a mis pacientes: “si quisieras poner un clavo en la pared ¿Qué herramientas tomarías, una pistola, un machete, un martillo, un serrucho, un clavo?”, por mejor que golpeen, corten, disparen, una sola herramienta no sirve para todos los propósitos.

El enojo como sentimiento, dota de sentido la vivencia, nos dice la intensidad e importancia de lo que vivimos, suele hablarnos de que hay algo que nos amenaza, pero sólo es la campana que suena. La razón y el pensamiento deben descifrar la magnitud o tipo de amenaza a la que nos enfrentamos, qué sucede, qué está en peligro. Luego la inteligencia visualiza y elige la respuesta que más nos aproxime al fin que más deseamos.

 

2. TAPAR VÁLVULAS.

En ocasiones LOS PROBLEMAS DEL CONTROL DE IRA no ocurren por tener prohibido el enojo, sino POR TENER PROHIBIDOS los sentimientos que le contrastan, como pueden ser LA TRISTEZA, LA EXPRESIÓN DE CARIÑO O DEL MIEDO. Es un fenómeno muy recurrente en nuestra cultura aún machista, en la que el miedo, la tristeza, y las muestras de cariño suelen estar prohibidas para los hombres, se les identifica como muestras indeseables de “debilidad”. El asunto es que, como vimos antes, con prohibir sentimientos no los desaparecemos, pero como los sentimientos son una fuerza, debe salir, así que encuentran la vía de expresión aceptable. Personas iracundas pueden ser en realidad, personas con mucho miedo, (ojo: no por ello dejan de ser agresivas o tal vez peligrosas). Este taponeo, o camuflaje complica ver, atender y resolver lo que el sentimiento esta  solicitando.  Es como usar martillo y serrucho cuando lo que queremos es coser o pegar algo, porque no nos dejan usar el pegamento. Si tenemos emociones disfrazadas con el traje de las que “se nos permiten”, no podremos reconocerlas, mucho menos darles la salida adecuada. Asumir el derecho de sentir, es el primer paso para la inteligencia emocional.

 

3. NEGACIÓN Y EVASIÓN DE LOS ENOJOS

EXPERIMENTAR NUESTROS SENTIMIENTOS ES PARTE DE UNA CLAVE QUE  CONTRIBUYE A RESOLVER DETERMINADO PROBLEMA. Si nos negamos el enojo que en efecto estamos sintiendo, es como quitar las primeras letras de una contraseña. Si la evadimos tanto que ya ni recordamos conscientemente la situación, luego se vuelve más difícil de resolver, queda no visto, pero no por esconder la cara entre tierra se ha desaparecido el asunto.

   Evadir y evadir enojos es el fermento en el que luego explota la ira “inexplicable”. La ira irracional, la frustración constante a la que no le hallamos motivo, sentir gran enojo por una situación que parece menor, son malestares que pueden surgir por evadir enojos.

4. DAR A LA IRA EL CONTROL DE LA SITUACIÓN Y LA VIDA

A veces en lugar de manejar la ira, resulta que la ira nos maneja, sucede cuando a penas sentimos enojo y reaccionamos sin previa reflexión. Recordemos que  una cosa es que la ira tenga derecho a existir y otra que nos movamos atacando o violentando sin siquiera pensar. El sentimiento es inevitable pero la acción es elegible. El enojo bien reflexionado nos permite poner límites donde se nos esta perjudicando, terminar con situaciones que atentan contra nuestra dignidad o amor propio, tenemos derecho a la defensa y lucha de y por la propia vida y la de los que queremos. Lo único que se precisa es que los actos NO se decidan en el calor de ese sentimiento y por el sentimiento, sino por la mediación de la inteligencia.

Esto implica mantener la conciencia y la claridad de que vivimos en sociedad y compartimos un mundo en el que otros tienen también derechos. Tenemos derecho a manifestar a otros nuestra molestia, pero la actuación mejora la vida cuando está mediada por la razón, cuando la hemos pensado, cuando no es sólo un vómito indiferenciado y sin sentido hacia alguien, cuando tiene la finalidad y el esfuerzo real de resolver una diferencia o situación. El enojo y la ira son de los sentimientos que más requieren de la reflexión antes de la actuación por los daños que puede producir si nos equivocamos.

Incluso tenemos derecho a los golpes, pero sólo cuando lo que está en riesgo es la vida, la integridad o es la única manera de defenderla. También tenemos derecho al insulto, cuando el insulto más bien viene a ponerle el nombre correcto a una realidad que, para nuestra sobrevivencia o dignidad, necesita ser nombrada, luego detenida.

Para convertir el enojo en herramienta y no ser, uno mismo, herramienta de esa furia, es necesario que domine nuestra inteligencia auto respeto y el respeto a los otros. El enojo suele aparecer en terreno de bajada y en curvas, en ese terreno no podemos echar a andar el carro, acelerando, soltando el volante y tapandonos los ojos. El enojo es el sentimiento que más requiere de nuestra mayor atención, calma, precisión y precauciones antes de actuar.

 

5. ESPERAR SIEMPRE EL SÍ Y LA SATISFACCIÓN

A veces el enojo se vuelve el estado de vida, cuando caminamos como si el mundo, las cosas y las personas tuvieran que responder siempre positivamente a todas nuestras necesidades y requerimientos. Esto no puede ser así,  porque la vida, las personas y EL UNIVERSO NO GIRAN EN TORNO A NOSOTROS Y NUESTRAS NECESIDADES. Cuando se es adulto, sólo uno mismo es el responsable de la propia existencia, y aprendemos que sólo pocas pero ineludibles cosas están realmente en nuestras manos. A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA VAMOS DISTINGUIENDO LO QUE SÍ PODEMOS CONTROLAR DE LO QUE NO. Por nuestra propia salud APRENDEMOS QUE TOMAR y QUE SOLTAR.

Si preferimos aferrarnos a intentar mover a nuestra voluntad lo incontrolable, lo externo, a los otros, lo que no está en nuestras manos, perdemos tiempo y energía que necesitamos para llevar la rienda de nuestra propia persona, que es lo que realmente requiere nuestra dirección.  Como es un intento imposible, como barril sin fondo, despierta más necesidad de control, y algunos, ante esta necesidad, reaccionan queriendo controlar con más fuerza lo incontrolable. Este es un círculo vicioso difícil de detener, su ganancia es la insatisfacción constante. Esta es la causa más común no sólo de problemas de ira, sino de depresión y de ansiedad.

 

6. GENERALIZAR MOMENTOS

Cuando atravesamos una situación muy cargada emocionalmente, es importante que seamos conscientes de que es UNA SITUACIÓN, que si el sentimiento es fuerte puede estar magnificando lo que vemos, porque esa es su función, prendernos luces y alarmas; en el caso de la ira, puede pintarnos TODO MAL, hacernos ver amenazas y ataques por TODAS PARTES, pedirnos incendiarlo TODO, hacernos ver como que TODO SE HA TERMINADO, o que hay que TERMINARLO TODO. Para navegar en los sentimientos sin ahogarnos, se requiere que consideremos que “tal vez” algo no estoy viendo porque hay mucho sentimiento saturándose la vista, sirve DETENERME EN LA SITUACIÓN PARA SABER SI REALMENTE TODO ESTÁ MAL, O SÓLO ES UN ASPECTO DE LA VIDA Y HALLAR CÓMO RESOLVERLO.

En ocasiones el sentimiento es más que atinado, nos está dimensionando con precisión algo muy importante y grande. Si es el caso, requerirá nuestra concentración, voluntad e inteligencia para hacer algún tipo de cambio, o hallar alguna solución y emprenderla, estaríamos hablando de una mejoría en nuestra vida que se inició gracias a que nuestro equipo emocional funcionó adecuadamente y que supimos orientarnos.

  1. CULPAR A OTROS

LAS ACCIONES SON DE QUIEN LAS EJECUTA, LOS SENTIMIENTOS SON DE QUIEN LOS SIENTE, CUANDO HAGO AL OTRO RESPONSABLE DE MI SENTIR LE DEJO TAMBIÉN EN SUS MANOS LA POSIBILIDAD DE LA RESOLUCIÓN, si nunca quiere resolver YO SEGUIRÉ DEPENDIENTE DE SU DECISIÓN. Mi bienestar puede quedar dependiendo del otro hasta que no me haga cargo de lo que siento, busque y emprenda mis propias soluciones. El sentimiento viene a darnos la fuerza para cuidarnos, atendernos y auto-dirigirnos, son para nosotros más que para el otro.

Puede ser que la otra persona está trasgrediendo un límite, que está abusando de la confianza, de su poder o algo parecido, y estos actos son reprobables, pero son nuestras emociones y sentimientos los que nos avisan de esta situación, los que nos urgen a una solución y necesitamos utilizar todos nuestros recursos para encontrarla y emprenderla

 

8. QUERER RESOLVER CUANDO EL SENTIMIENTO DE ENOJO ESTÁ A TOPE

CUANDO EL SENTIMIENTO ESTÁ EN SU PUNTO MÁS FUERTE, SE OBSTRUYE EL RAZONAMIENTO Y LA CONSCIENCIA, ESTAMOS PREPARADOS PARA LA DEFENSA Y EL ATAQUE PASE LO QUE PASE.  Lo más probable es que no veamos con claridad ni el problema y mucho menos las alternativas. Es importante que aprendamos a reconocer cuando el enojo está en el punto en el que el diálogo (con otro) no será beneficioso, sino que necesitamos un espacio de calma, para reducir el enojo, despejar la vista, tener un diálogo interno o lo necesario para volver al diálogo con el otro con más claridad y/o disposición para resolver o tomar decisiones.

 

HABILIDADES PARA MANEJAR ADECUADAMENTE EL ENOJO Y LA IRA

  1. HACER CONSCIENCIA.

El primer paso para manejar nuestra ira es ser conscientes de lo que sentimos y de cuando sentimos molestias, enojos, ira,  ser transparentes con nosotros mismos. No podemos manejar lo que no vemos o no nos permitimos saber siquiera que existe.

  1. DAR LUGAR Y TIEMPO A LAS EMOCIONES

Es tomar un momento del día para preguntarnos ¿Cómo estoy? ¿Cómo me siento? ¿Cómo me ha ido?

 

  1. EXPRESIÓN Y ATENCIÓN DEL ENOJO

Si nuestro enojo nos avisa de un riesgo, hacemos consciencia, hallamos una solución, pero al final no la emprendemos, el sentimiento no se irá, permanecerá hasta que emprendamos esa solución. El enojo como otros sentimientos deben culminar en un redireccionamiento de la vida o del entendimiento, es decir o hago el cambio o acepto que en realidad es algo que no pienso ni quiero hacer.

  1. APRENDER A PROCESAR EMOCIONES: STOP PAS

Practicar el manejo de emociones puede ser algo complejo, pero el libro “Educar con inteligencia emocional” lo simplifica en siete pasos sencillos: 1. Sentimiento, 2. Situación, 3. Problema, 4. Objetivo, 5.Solución o alternativas, 6. Práctica, 7. Revisión. Sirven para maniobrar con las distintas emociones que se nos presenten e incluso ayudar al niño a desarrollar esta capacidad.  (Para más información de estos pasos, sigue nuestras publicaciones o ve al libro).

  1. TIEMPO FUERA

A veces los enojos pueden ser tan fuertes que necesitamos un tiempo fuera, pero, ojo, el tiempo fuera no puede convertirse en una evasión para guardar el tema sin volverlo a tocar, sólo es un tiempo para relajar el sentimiento desconectándonos un poco de él o de la situación que lo ha disparado, y elegir otro momento para atender lo que ese sentimiento nos está reportando.

Hay personas a las que les sirve caminar, salir de casa, escuchar música, cada persona tiene distintas maneras de desconectarse de la emoción cuando considera que lo está rebasando, para volver más despejado a encontrar opciones.

 

  1. MANEJAR LA FRUSTRACIÓN

Implica saber que la vida y las personas pueden decirnos sí, pueden decirnos no, pueden decirnos tal vez, que las cosas pueden pasar muy diferentes a lo que esperábamos. Pero recordar que si hay algo  que podemos dirigir es en nuestras acciones; tenemos un cuerpo propio, para acercarse, alejarse, hablar o hacer; y sobre todo UNA FUERZA DE RESISTENCIA Y OTRA DE ADAPTACIÓN que, en equilibrio, pueden ayudarnos a vivir plenamente aún entre las incertidumbres de la vida.

Para alcanzar este equilibrio, es imprescindible desarrollar confianza y lealtad hacia uno mismo, hacia las prioridades más importantes de la propia vida, es poner a nuestro servicio nuestras propias capacidades y experimentarnos también capaces de guardar un respeto por la vida y voluntad de los demás.

  1. SABER CUANDO TOMAR Y CUANDO SOLTAR EL CONTROL

Es aprender a identificar lo que está en nuestras manos para manejar o resolver una situación y emprenderlo. A la vez, ser capaz de identificar lo que no podemos ni debemos intentar controlar y ser capaces de soltarlo. Es una maestría que algunos logran, pero sólo a través de la experiencia del reconocimiento de las capacidades de uno mismo, de la humildad y de la confianza.

  1. ACUDIR A PSICOTERAPIA.

El manejo de emociones y en este caso de la ira puede ser un proceso muy complejo, por lo que a veces es necesario tener acompañamiento para agilizar ese aprendizaje o mejorarlo. Una psicoterapia es un espacio seguro donde puedes manifestar tus emociones, aprender a pensar en soluciones y emprenderlas.

Los sentimientos son un universo complejo, y lo compartido aquí no es una receta de aplicación inmediata, sino de ejercicio y disciplina hasta hallarnos dueños de nuestro universo emocional.

Psic. Adriana Morfín.

No olvides dejarnos tus opiniones o comentarios, gracias a ellos mejoramos día a día nuestra tarea.

LA PSICOTERAPIA COMO ACTIVISMO SOCIAL

Generalmente se entiende a la psicoterapia como un ejercicio apolítico, sin credo ni filiación. Nada más lejos de la realidad, ya que la psicoterapia desde su nacimiento ha representado también un inevitable posicionamiento socio-político-cultural y filosófico. Por ejemplo, decir que la mujer envidia el pene (Laplanche, 1996) es un posicionamiento cuasi político, explicarlo como una simple envidia, hacer una disertación de su conformación, y no observarlo como un hambre de equidad y reconocimiento de género, es una expresión del machismo que habita en el mismo marco cultural y de pensamiento de quien analiza ese fenómeno. Y ese es sólo un ejemplo. Otro más acorde a este artículo es el de la psicología norteamericana que ha influido fuertemente en la manera de hacer psicoterapia en México. En este sentido, algunos enfoques, o unos más marcados que otros, han priorizado la importancia del individuo como un sujeto prácticamente autosuficiente, y en su lado más extremo interpreta la necesidad de pertenencia a grupos como una dependencia. Tampoco queda libre de pecado aquella psicoterapia que aboga completamente por la formación de comunidad por encima de los intereses individuales.

Desde mi punto de vista, la psicología tiene en este momento una disyuntiva entre las fuerzas que apuntan hacia la individuación como única reina y señora de la salud, o la colectividad. Pero es una disyuntiva sólo en apariencia, porque tal vez se trata de dos pasos de lo que debería ser un mismo proceso. El fortalecimiento individual, o lograr que la persona pueda diferenciarse y reconocerse como alguien diferente y similar a los demás, es sólo el primer paso. La psicoterapia no puede culminar ahí, debe pasar por ese tramo, pero se corona en el logro del reconocimiento del otro como un igual, como “alguien” diferente, pero con igualdad en dignidad, con quien podemos y necesitamos aprender a convivir. Ni siquiera es posible construir una identidad sin la experiencia de uno mismo con otros (Berger, 1994), esto puede indicar que a veces la línea entre lo individual y lo colectivo no existe del todo, como si hubiera un limbo donde ambas confluyen y no es una sin la otra.

El enfoque sistémico dentro de la psicoterapia, ha aportado mucho a este respecto, aunque aún queda mucho por saber. La salud psíquica está inmersa en las relaciones que establecemos. Y, por otro lado, la trasformación social implica ejercer la individualidad tanto como aprender a ejercer la fuerza de la colectividad. Sabemos que tenemos un cerebro que es individual, pero de hecho hay quien consideran la existencia de un exo-cerebro (Bartra, 2007) y postula que las funciones mentales importantes se habilitan o potencializan sólo en los procesos de socialización.

Los problemas actuales de violencia en México entre otros tantos problemas en el mundo, así como la conexión mundial a través de nuevos sistemas de comunicación, requieren el trabajo en esta dialéctica: el fortalecimiento de la individualidad y de la colectividad.

El pensamiento autocrítico.

La mayoría de los enfoques en psicoterapia empujan hacia la formación o crecimiento de un pensamiento autocrítico, cuando el psicoterapeuta pregunta ¿Usted qué piensa? ¿Cómo ve tal situación? ¿Qué soluciones se le ocurren? Apunta hacia la reflexión sobre uno mismo, hacia un reconocimiento de la propia situación en el mundo y las capacidades que poseemos para trasformar la realidad. El fortalecimiento de un PENSAMIENTO CRITICO es el eje más importante en cualquier proceso psicoterapéutico, es herramienta fundamental de la consciencia. Incluso, los mejores psicólogos tratan de abstenerse de recetas preconcebidas, aprenden a caminar acompañando al otro a gestionar su vida. La vida puede ser lo más valioso que se posee, lograr posicionarse como sujetos y no como simples objetos de la realidad circundante y de la propia vida, dentro de un mundo que empuja a la alienación y el aislamiento, es a todas luces un acto revolucionario.

La psicoterapia como alienación al sistema.

Existe la idea (tal vez muy justificada) que la psicoterapia es la droga del sistema, un sistema de alienación dentro del sistema de alienación para formar personas “obedientes y felices con el estado de las cosas”. Pero eso depende justamente del marco de referencia del psicólogo. Quienes abogan sólo por el positivismo, quienes abogan SÓLO por “estados de tranquilidad”, quienes abogan por “caminar alegremente sin que importe nada más”, en resumen, quienes no reconocen la dualidad, incluso la multiplicidad de estados en la esencia humana, quienes pretenden ejercer el control de un proceso más que la propia persona a quien se atiende, probablemente responden, tal vez sin saberlo, a la intención de alienación.

La crisis, el cuestionamiento, la insatisfacción, los distintos impasses que atraviesa el ser humano a lo largo de la vida, suelen ser la semilla principal desde la que nace la transformación, el cambio, el crecimiento. El cambio en psicoterapia, suele sustentarse en dichos estados, el fortalecimiento de la persona implica aprender a vivir en ellos y ahí, en la misma incertidumbre, hallar no sólo la condición inevitable de la vida, sino el mismo sentido.

La autocrítica del terapeuta.

Uno de las grandes dificultades en psicoterapia (además de la resistencia de los sistemas al cambio (Bertalanffy, 1976)) es la incapacidad del terapeuta para observarse dentro del sistema al que pertenece (Von Forester, 1991) en ese espacio psicoterapéutico y en el propio mundo. La incapacidad para cuestionar su idiosincrasia, sus creencias, su intención de recetar sus propias fórmulas preconcebidas antes que propiciar la autocrítica, arriesgan a someter al otro a la propia concepción del mundo, por más beneficiosa o perjudicial que resulte, es dejar de ver al otro como sujeto y gestor de su propia vida, es repetir los patrones monárquicos que aún habitan nuestras sociedades que convierten a los de “menos poder en la estructura social” en objetos.

El activismo en el diván.

No hablamos aquí de adoptar una política o alguna creencia religiosa y empujar al individuo que recurre a la psicoterapia a abrazar nuestras propias concepciones. Hablamos de fortalecer en quién se acerca a la psicoterapia sus propios procesos críticos, la capacidad de cuestionarse y que la persona pueda llegar a sus propias respuestas. En la realidad política actual, esto representa un activismo y un posicionamiento, en especial para toda política que busca alimentarse de la alienación, de arrebatar la libertad, de desposeer al individuo de sus capacidades humanas básicas (como lo es la consciencia), y a las comunidades de su riqueza colectiva.

La educación para la libertad (Freire, 1971), el constructivismo y el personalismo cristiano en la filosofía, son bases de esta vertiente en psicoterapia. El “consultorio” no es un aula, pero se procura el pensamiento crítico, el crecimiento de sujetos y no de objetos de un sistema, se procura la libertad, reconoce la importancia de la persona y del amor, pero que no puede evitar manifestarse, no se queda sólo en en la individualidad, sino que se derrama hacia el reconocimiento del otro, hacia la colectividad que implica algo de uno mismo. Estos son también lineamientos que suelen cristalizar en la psicoterapia sistémica, tal vez aún sin intención.

Actualmente las problemáticas en nuestro país, principalmente la violencia, atraviesan al individuo, han cambiado los parámetros de lo que se consideraba paranoia, ya que ahora es un terror justificado. Estas problemáticas, si queremos solucionarlas, no pueden dejarse sólo en manos de instituciones o del mismo Estado, tampoco en la vulnerabilidad de lo individual. Sólo podemos hallar fuerza en la gestión comunitaria de nuestras necesidades, por las que nadie hablara más que NOSOTROS. Esos lasos colectivos, esa fortaleza de personalidades como alguien dentro de un mundo y un grupo, y no como algos, ese cerebro externo que conformamos todos (según mi re interpretación del término), son los lasos que se hallan rotos y que requieren urgentemente recuperarse.

Estas son sólo algunas de las problemáticas de nuestros tiempos, a la que la psicoterapia y la psicología pueden aportar: trabajando para el fortalecimiento del individuo y el favorecimiento de la regeneración del tejido social.

Psic. Ant. Adriana Morfín.

Si deseas conocer más sobre este tema, te recomiendo leer “Cambios modestos, grandes revoluciones. Terapia familiar crítica”, de Raúl Medina, editorial Imagia y compartir tu opinión.

Bartra, R. (2007). Antropología del cerebro: la conciencia y los sistemas simbólicos. México: FCE.

Berger y Lukmann T. (1994). La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorroutu.

Bertalanffy, L. V. (1976). Teoría general de sistemas. Fundamento, desarrollo y aplicaciones. México: 1976.

Freire, P. (1971). La educación como práctica de la libertad. México: Siglo XXI.

Laplanche, J. y. (1996). En J. y. Laplanche, Diccionalio de Psicoanálisis (pág. 118). Barcelona: Pidós.

Von Forester, H. (1991). Las semillas de la Cibernética. Barcelona : España.

 

¿CÓMO CAMBIAR MIS HÁBITOS ALIMENTICIOS?

Sabemos que los malos hábitos alimenticios son la principal causa de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, la hipertensión arterial y diversos problemas cardiovasculares, que aumentan de manera tan grave que ya rebasan la capacidad de los servicios de salud pública y son la principal causa de muerte en nuestro país. La mala alimentación afecta incluso nuestro estado de ánimo, reduce o altera nuestra energía y está implicada en todo aspecto del funcionamiento de nuestro cuerpo en el presente y en el futuro. Sin embargo, para muchas personas, modificar los hábitos alimenticios es algo sumamente complicado porque “comer” es una actividad humana que implica costumbres, cultura, e incluso la misma manera de ver la vida y a nosotros mismos. Si te has propuesto modificar tu alimentación, te dejamos a continuación algunas reflexiones que pueden ayudarte en ese proceso.

Para lograr cambiar tus hábitos alimenticios debes asumir primero “que habrá un cambio” que si tienes éxito tendrás en tus platillos y vasos alimentos y bebidas diferentes a las habituales o en cantidades y porciones diferentes, no hay de otra, y si no estás abierto a esta experiencia, jamás lograrás mejorar tu alimentación. Más que añorar los alimentos que dejes, concéntrate más en apreciar los alimentos de tu nuevo platillo, considera lo que aportarán a tu cuerpo y la fortuna que tienes de poder tener en tu  mesa alimentos de calidad y sanos, dedícate a disfrutarlos.

Hay algo en lo que también puedes concentrarte y esto es que: sólo el inicio es la parte difícil. Nuestro paladar es capaz de experimentar disfrute de los alimentos nutritivos, si mantienes tu dieta, en verdad puedes llegar a tener antojo de una zanahoria, de una ensalada, de lentejas u otros alimentos, recuerda que, de hecho, lo natural es que nuestros antojos se despierten hacia alimentos saludables (los que requiere nuestro cuerpo). El problema es que, si has tenido por años una mala alimentación, has expuesto constantemente tu sentido del gusto hacia esos alimentos o en esas porciones, generando en tu propio paladar una inclinación hacia ellos. En la medida que los dejes y expongas tu lengua a nuevos sabores con constancia, no sólo recuperarás el gusto por ellos, sino que, incluso, puedes volver a percibir el antojo de alimentos saludables. El reto es mantenerte meses y años con los alimentos indicados en tu platillo.

Un error al “emprender una dieta” es querer hacerla un mes, un año o dos. La dieta sana o la alimentación sana requiere hacerse toda la vida, no por momentos, y esto no significa sacrificio y pasar hambre sino acostumbrarse a variar y equilibrar los platillos y saber en qué momento puedes permitirte algunos alimentos, porque las mejores dietas son las que tienen mayor variedad. Si tienes como objetivo tu salud y te mantienes en ello, incluso podrás ir identificando los cambios en tu cuerpo, la cantidad de alimentos que realmente necesitas comer, el tipo, incluso puedes aprender a darle sabor a tu propia comida saludable.

La siguiente recomendación es pedirle a tu dietista, hacer cambios que contemplen en mayor grado posible nuestra cultura culinaria, tus costumbres personales, e implique los alimentos a los que realmente puedes acercarte.  Los cambios en los platillos funcionan más si se hacen dietas familiares, esto en el sentido que un platillo puede realizarse para todos y la diferencia puede ser la cantidad y proporción, no la elaboración.

Otro error al tratar de mejorar nuestra alimentación, es hacerlo sólo para modificar nuestro peso y optar por dietas rápidas. Las dietas rápidas pueden ser riesgosas, porque suelen ser dietas  que excluyen elementos nutricionales. Dietas de sólo proteína o sólo verdura, y en general, las dietas que nos alejen de alguno de los elementos nutricios primordiales pueden poner en riesgo nuestra salud y generalmente ocasionan un rebote. Tampoco es recomendable consumir medicamentos no recetados por un médico y sin una justificación física. La dieta más efectiva es en la que la persona asume que todos los días de su vida en sus platillos habrá la variedad necesaria y lo cantidad de energía que necesita su cuerpo.

TRES ASPECTOS PSICOLÓGICOS QUE PUEDEN RELACIONARSE CON LA ALIMENTACIÓN.

La ansiedad es uno de los principales aspectos psicológicos que pueden impedir que logres cambios en tu dieta. Si experimentas más deseos de comer cuanto más “nervioso” te sientes, puedes mejor dedicarte a revelar cuál es el problema real, si hay problemas no resueltos que te preocupan, insatisfacciones, intenta aplicar tu mente a buscarle la solución posible. A veces es indispensable aprender a dejar el tema si es algo irremediable. Abrir un cuaderno y escribir nuestras preocupaciones y soluciones, incluso salir a caminar o meditar, es más saludable y funciona mejor para resolver nuestras dificultades que abrir el refrigerador.

La falta de habilidades de disciplina u autocontrol es otro de los obstáculos para lograr una dieta saludable. Cuando por años hemos tenido malas costumbres alimentarias, modificar la alimentación requerirá que continuamente toleremos y asumamos la frustración de los antojos a los que estamos acostumbrados. A veces este es precisamente el problema principal, que no hemos aprendido asumir la frustración de los deseos,  más bien aprendimos a buscar la manera de finalmente satisfacer nuestros antojos por encima de la propia salud e integridad. Perdemos de vista el objetivo importante, por un momento de satisfacción. Enfócate en la importancia de tu salud.

Un último aspecto que puede dificultar que logres dietas saludables es la falta de una auténtica autoestima. A veces, de manera consciente o inconsciente tenemos conductas autodestructivas, como si en una parte a veces invisible de uno mismo, tuviéramos la intención de dañarnos o hasta desaparecernos. Estos son aspectos más serios y complicados, y si detectas que esta es tu dificultad, acércate a un psicoterapeuta con quien podrás analizar la situación y resolverla.

Como en toda situación humana pueden existir otros aspectos implicados en tu alimentación o que dificultan las modificaciones en la dieta, pero existen también muchas estrategias profesionales que los expertos en la conducta y la conducta alimentaria (psicoterapeutas), acompañados del trabajo experto de un nutriólogo pueden ayudarte a resolver, sólo recuerda que no hay tratamiento que no requiera de tu esfuerzo y voluntad.

     La dieta que mejor funciona no es la que se hace por estética o bajar de peso, sino por cariño, respeto y amor a nuestro cuerpo, a nuestro ser y a la vida.

Finalmente, te dejamos un video a propósito de la tolerancia a la frustración, que es parte fundamental para lograr lo que nos proponemos e incluso para lograr la plenitud y felicidad.

Psc. Ant. Adriana Soledad Morfín L.

MANEJO DE EMOCIONES Y SENTIMIENTOS EN EL NIÑO

PARA MAESTROS Y PADRES

Proceso de aprendizaje y adquisición de habilidades que permiten a los adultos maniobrar con las emociones del niño y aportar al desarrollo de su inteligencia emocional.

Este tema se divide en cuatro bloques necesarios para poder tratar emociones y sentimientos infantiles, estos son:

  1. Sobre los daños pasados.
  2. Comunicación y lenguaje infantil.
  3. Nutrición emocional.
  4. Estimulación de la Inteligencia Emocional.

Estos módulos están establecidos este orden para adquirir habilidades básicas en el manejo emocional personal y sobre las que puedan sustentarse habilidades para maniobrar con la emotividad infantil.

AMOR Y AUTOESTIMA

Los asistentes a este taller trabajan y obtienen herramientas para facilitar el amor propio así como las maneras en que este se manifiesta en el logro de relaciones de pareja más plenas y amorosas. Mirar adentro para mejorara la mirada afuera; generar una buena relación interior para establecer mejores relaciones al exterior.

A este taller pueden asistir personas que deseen trabajar sobre su autoestima y/o que estén interesadas en establecer relaciones interpersonales más sanas y amorosas.

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